MILES DE ARGENTINOS VIVIERON UNA JORNADA DE FIESTA PARA RECIBIR A LA FRAGATA LIBERTAD

Los verdes barrancos y parques
de la zona portuaria de Mar del Plata fueron el escenario de la fiesta popular
en la que no faltaron banderas con el colorido de numerosas agrupaciones políticas,
sociales y gremiales, que se dieron cita para saludar el retorno del buque
escuela de la Armada
Argentina.
La fiesta popular concentró a
unas 200.000 personas en la zona del puerto marplatense aledaña a la Base Naval , y unas
500.000 apostadas a lo largo de toda la costa de la ciudad feliz, informaron
los organizadores del acto.
Muchos eran simpatizantes de
agrupaciones llegados desde diferentes puntos del país, otros marplatenses
residentes y los restantes turistas que veranean en esta época del año en la
ciudad, y que desde mañana podrán visitar la nave que quedará amarrada en el
puerto local.

Allí salvaron el día los
vendedores de prismáticos chinos, que la gente les sacaba de las manos por 20
pesos y no dejaba de observar la figura de la fragata, que crecía lentamente
desde el norte.
También tuvieron una buena
jornada quienes vendían banderas argentinas, las de "Fuerza
Cristina", con la imagen de la presidenta o las del perfil de la fragata,
aunque también eran muy buscadas las de los afiches de "Yo te vi
llegar", con la foto del navío.
Los paredones de las terrazas
arboladas que conforman esa plazoleta, los verdes paseos del Bulevar Peralta
Ramos y la calle de ingreso al puerto estaban vestidas de pancartas y banderas
con consignas de bienvenida, firmadas por agrupaciones kirchneristas o municipios
bonaerenses.
Más abajo, el parque que media
entre el alambrado perimetral de la Base Naval y el mar se cubrió lentamente de
público que ingresaban en prolijo orden desde el sur bajo sus banderas de fondos
rojos, azules, blancos o negros, que flameaban con fuerza por la brisa de la
tarde, bajo un cielo totalmente despejado.
El batir de bombos y
redoblantes que acompañaba a estas agrupaciones, con gran presencia de jóvenes,
se confundía con el rock nacional que surgía de los equipos de sonido junto al
palco que luego ocuparían la animadora y los números artísticos.
Vendedores de bebidas, chipá y
sándwiches ofrecían sus productos a la concurrencia, tanto fuera como dentro
del predio portuario, aunque muchos habían llevado sus equipos de mate y alimentos.
Numerosos globos -de los
redondos y tipo dirigibles- se elevaban sostenidos por hilos desde el césped,
sobre el cual algunos jóvenes disputaban un picado de fútbol o jugaban a los naipes
para hacer más entretenida la espera, mientras otros se extendían a tomar el
sol de la tarde.
El cielo era también con
frecuencia atravesado por helicópteros militares y de autoridades civiles,
mientras gomones con comandos controlaban la seguridad en las aguas por donde entraría
la fragata.
Una larga hilera de baños
químicos fue parte del servicio que dispusieron los organizadores de la fiesta
para el público, que en ningún momento cejó en sus cánticos partidarios, al
menos hasta que, cerca de las 17, la gran figura blanca de la nave apareció frente
a la escollera norte, reflejando el sol que comenzaba a declinar sobre el
oeste.
En ese momento hubo una
generalizada exclamación y aplausos, seguidos de un silencio expectante,
mientras el práctico "Cuarteador" la remolcaba hacia el muelle y su
par "Tejón" ayudaba desde atrás, seguidos por lanchas blancas de la Prefectura Naval
y una nube de gaviotas.
Tras ingresar por entre las
escolleras sur y norte, personal naval con su vestimenta de gala la saludaba
desde la cubierta de la corbeta "Guerrico" y el submarino "San
Juan" y, a las 17.45 los barcos anclados en el muelle de cruceros hicieron
sonar sus sirenas de recepción, lo que hizo estallar los aplausos y vítores de
la gente en toda la zona portuaria.
También hubo una unánime
exclamación cuando tres aviones de la Escuadrilla de Acrobacia de la Fuerza Aérea aparecieron
de repente detrás de la
Fragata , desde el ras del agua y se elevaron dejando estelas
de humo blanco, en tanto desde la escollera surgieron bengalas azules y blancas
y los barcos quedaron por un
momentos envueltos en las
nubes de colores.
Lentamente, la Libertad fue arrimada al
muelle, donde la Banda
de la Armada y
la del Cuerpo de Granaderos ejecutaron música militar y temas patrios, además
de otros ritmos populares.
El clima se volvió cambiante
desde entonces, con momentos de sol y nublados mientras la tarde se acababa,
pero la concurrencia más cercana a la nave mantuvo el ánimo militante y recibió
con aplausos a las autoridades nacionales, hasta que hizo silencio para escuchar
el discurso de la presidente Cristina Fernández de Kirchner.
La recepción a la Fragata Libertad ,
que estuvo 77 días retenida ilegalmente en Ghana, fue en un clima festivo y
pacífico, tanto de parte de quienes llegaron en forma organizada como de los que
lo hicieron de manera particular, y fue coronada por un festival de fuegos
artificiales, ya caída la noche.
Comentarios
Publicar un comentario