LA MUERTE ES UN SEGUNDO
Buenos Aires, 18 de enero (Télam, por Luis Soto).- "¿Me voy a morir sin haber andado nunca con un fierro en la mano, sin haber liquidado a ningún hijo de puta?" - escuchó decir este cronista a un hombre tirado en una vereda, la cabeza cayendo sobre la cuneta, costurones de sangre surcando su cara. Pasaron 6 años desde esa escena tremenda y su médula, la frase triste, de derrota. Fresca víctima de un asalto, al hombre lo cargó una ambulancia. El cronista quedó esperando su turno. Que llegó hace un par de semanas. Una amiga me llevaba a casa la sofocante noche de un viernes. Paró el coche en el sector más sombrío de la esquina. Adriana estaba por bajar cuando vi que se detenía un auto gris, bien pegado al nuestro. Adriana abrió la puerta y un tipo joven le cortó el paso. "Te voy a robar" - fue todo lo que dijo. Tarde descubrió (secretos de los cristales polarizados) que ella no estaba sola. Sentado y sin chance de reaccionar, me sentí impotente. T...