LOS “ESCANDALETES” DE LA POLÍTICA DEL “PAGO CHICO”


De menor a mayor: “carne para todos y todas”; Coprotur (14 millones); gastos 2011 no pagados (40/50 millones). Breitenstein, ¿no es responsable de nada?. ¿Por qué no elecciones anticipadas aquí?. Bevilacqua: decir una cosa y hacer otra. Pequeñas enunciaciones.

Cristian Breitenstein, intendente/ministro:
¿no debería dar cuentas de algo?.
A ver: empezaremos por el principio, algo que suena a verdad de Perogrullo. ¿De qué otra forma podría comenzarse sino por el inicio?. Esto viene de lejos. Supera los nueve meses y, por eso, ya debería, quiérase o no, haberse producido el parto, de forma natural o por cesárea. Ni una ni otra cosa ha ocurrido, porque todos son amagues; laberintos; “buenas palabras” (que sonaban bien al principio y ya no lo son tanto); medidas que parecen drásticas pero tampoco lo son; y todo un fárrago de ingredientes mal olientes, con “tufo” a casi una burla.

Cristian Breitenstein, reelegido el 23 de octubre, no asumió su segundo mandato propio, y tomó licencia en un cargo que teóricamente (¿o prácticamente?) no era suyo. Primera falencia y no poco grave.

Gustavo Bevilacqua, primer edil de la lista triunfante en los últimos comicios, asumió “interinamente” la intendencia. Esa es otra alternativa, muy traída de los pelos, que permite que algún electo legislativo (en nación, provincia o municipio) jure y deje su banca para ocupar funciones ejecutivas (sin renunciar, obvio) y “vuelva cuando se le cante”, a sentarse en su escaño, sin “ponerse colorado”.

Como todo principio, que necesita de ajustes para que cada quien se “acomode” a su silla y obre en consecuencia, el común de la gente (todos son iguales pero algunos lo son más) concedió al interino un voto de confianza; un cheque en blanco, cabría decir, en espera de concreciones de aquellos proyectos muy promocionados pero nunca cumplidos: mejor pavimento (que reemplace al que ya virtualmente no existe en toda la ciudad en condiciones de ser considerado como tal y que por el contrario es una suerte de enorme bache, que suple a una mejor calle de tierra, como en muchos pueblos -¿vió?- que no tienen asfalto en buena proporción de sus arterias); más y mejor agua; y, lo más importante, menos inseguridad.

Sólo alguna providencial lluvia, abundante en las cercanías (las sierras, por caso), mitigó (por obra de la Providencia y para nada acción de los gobernantes) el problema del “liquido elemento”. Mientras, claro, se aprovechó cuanta ocasión propicia hubo para enarbolar el polémico, desgastado y mentiroso proyecto del acueducto desde el río Colorado (que tiene hoy menos agua que un desierto).

De seguridad, nada por aquí, nada por allá, salvo robos, violación de la propiedad privada por doquier; y alguna que otra secuencia de violencia callejera, cuando no de la que se rotula como “de género” (muy grave por cierto). Eso sí, no hace mucho, algo se dijo de la conveniencia de tener una Policía Comunal, cuando por “la cantidad” de habitantes se sabe que aquí corresponde “la Distrital” (vigente).

Todo eso, repasado ligeramente (esto es, sin mayores pormenores en fechas y casos puntuales), dejó transcurrir el tiempo, por aquello de conceder a un nuevo mandatario “su” oportunidad de encarrilar ciertas cosas.

Hubo sí, una demagógica proclama, desde Alsina 65, que apuntaba a decirle a los bahienses que habría ¿racionazalización? en el staff municipal (menos funcionarios, no cubriendo cargos, de unos cuantos que se fueron a la “ciudad de las diagonales” y algún otro que ocupó cargo en la ciudad pero en organismos de otros niveles).

A poco de andar, eso que se escribió con la mano se borró con el codo. Y aparecieron nuevos nombramientos y algún agregado notorio en el organigrama: el “jefe de Gabinete”, o lo que es igual, una especie de coordinador de secretarios (¿hace falta acaso?) o “super secretario”. La nominación, en este caso, duró poco: Ramiro Villalba se fue de Economía, sí, para ejercer esa “jefatura”, pero a poco de andar cruzó la Plaza Rivadavia, para ingresar (de nuevo) a Sarmiento 12 (domicilio del HCD, dicho esto por si acaso algún despistado no asocia esa dirección con el recinto del cuerpo deliberativo local).

Medió, si, en el interior de este tránsito de nueve meses, el “escandalete” del “carne para todos y todas”. Ese episodio, del que pocos se acuerdan ya, porque como efecto dominó un suceso posterior voltea lo anterior (otra verdad de Don Perogrullo), alejó a Rafael Morini del palacio municipal, para hacerlo recalar, también él, en la banca que tenía reservada, por esas nuevas costumbres del ejercicio de los cargos públicos con alternancia entre lo legislativo, lo ejecutivo y la vuelta a los escaños. Total, “la gente es estúpida”, como patentiza un viejo dicho, aplicable a todos los tiempos cuando se relativiza, a propósito, la capacidad de entendimiento de los pueblos.

Hubo, después de eso, otro escándalo de proporciones: el caso Coprotur. Tema muy “manoseado”, con multitud de vericuetos y, hasta ahora, sin solución aparente en ningún sentido. Eso sí, ocupando profusamente el mayor centimil del 2012, con los 14 palos y monedas derivados a gastos incomprensibles en muchas de los pasos de ese controvertido ente, sin control gubernamental (¿o lo hubo mirando para otro lado?). Hay un ejecutivo al que le apuntan todos los disparos (Sergio Paladino) pero se sabe que olímpicamente sigue ocupando sus cargos.

Pero como siempre hay algo peor que achica la trascendencia de aquello que lo antecede (y no precisamente para ser laureado con un premio), ha aparecido, de última (porque es de los últimos días), emergió de lo “cajoneado” eso de los gastos de 2011 girados para su pago en el actual ejercicio presupuestario municipal. Son algo así como entre 40 y 50 millones de pesos, según las fuentes que se expresan en la materia. Una nimiedad, casi, que empequeñece lo trasladado, en recursos, para su manejo desde el Coprotur.

Ni lerdo ni perezoso, el ex secretario de Economía y ex jefe de Gabinete, (Ramiro) Villalba, se apresuró a señalar que todo lo actuado en la materia fue en un marco de legalidad y aludió a que no era necesario generar tanta discusión, otorgándole al caso un cierta intencionalidad, al decir que “espero que no tenga que ver con un posicionamiento político”.

Llamó la atención, al menos visto desde afuera, que expresara que si eso sucede “eso me pondría muy mal, ya que todos los vecinos están esperando que el  intendente, funcionarios y concejales nos dediquemos a arreglar los problemas”. Aún desde lo poco creíble, esa declaración (porque fue protagonista de la mecánica empleada), contiene algo cierto: los bahienses, en su conjunto, esperan (y parece que no desesperan aún) que se rompa la inacción comunal y aparezcan no más palabras sino las realidades. Porque, hasta ahora, todo está por venir.

No está de más citar, a manera de ejemplo (hay más relativos a la materia) un proyecto del edil Fabio Perdominici (bloque Unión Celeste y Blanco) porque apunta a algo deseable.

En el enunciado de su parte resolutiva, la iniciativa apunta a crear una comisión investigadora, en el Honorable Concejo Deliberante, con el fin de juzgar al intendente, doctor Cristian Breitenstein, de acuerdo a las disposiciones establecidas en al artículo 249, inciso 2, de la Ley Orgánica de las Municipalidades. Ese criterio se sustenta “por negligencias reiteradas que califiquen de grave la conducta en el ejercicio de sus funciones lesivas al interés patrimonial del municipio”, puntualizando tanto la transferencia de gastos del periodo 2011 al de 2012 como los subsidios destinados al ente publico privado Coprotur (Consorcio de Promoción y Desarrollo de las Actividades Turísticas).

No es esa la única presentación hecha en el cuerpo parlamentario lugareño. El edil Raúl Woscoff, jefe de la bancada de Integración Ciudadana, ha requerido, en un proyecto de resolución que el Departamento Ejecutivo remita al HCD, con carácter de urgente, “copia del sumario que se sustancia en la Tesorería municipal”, haciendo referencia a declaraciones formuladas por Bevilacqua al matutino local.

Manuel Mendoza, concejal por el Frente Amplio Progresista, por lo demás, en una minuta de comunicación pide que el DE informe al HCD acerca de “si existió una modificación de datos informáticos en los registros contables y/o expedientes de gastos de la Municipalidad” y “si se produjo denuncia formal o informal en el ámbito del municipio o fuera de él, sobre la presunta modificación de datos”, como así que se indique que medidas se han adoptado desde el Departamento Ejecutivo”.

También solicita el edil del FAP que se puntualice “quienes son los funcionarios que se encuentran habilitados para manipular las contraseñas habilitadoras, que pueden modificar registros contables del RAFAM” y “si se notificó de estas modificaciones al Honorable Tribunal de Cuentas de la provincia de Buenos Aires”.

Como puede apreciarse, el nuevo suceso dará mucha tela para cortar, fundamentalmente después del feriado largo que prolongará cierta pasividad hasta el venidero martes (25), porque entremedio está la fiesta patronal de la ciudad, con descanso ampliado por evocarse el bicentenario de la batalla de Tucumán.

El cúmulo de situaciones encontradas da mucho margen para todo tipo de especulaciones. El discurso del intendente interino, que cautivó en principio a cierta porción de la población, cansada del Lord Mayor en uso de licencia, no alcanza para “tapar” la serie de falencias atribuidas a Breitenstein y su equipo. No puede soslayarse, en ese sentido, que el propio Bevilacqua integró, desde distintas funciones, el propio staff comunal del hoy ministro de la Producción, Ciencia y Tecnología de la provincia. Por esa razón, y habida cuenta de ciertas tareas que ejerció por entonces, no puede ignorar (mucho menos sorprenderse) por hechos que han salido a luz últimamente, cualesquiera sean las determinaciones que se adopten finalmente en cada caso.

Para los menos advertidos (que pueden ser los más) no podemos sino puntualizar que estuvimos no poco tiempo en espera, desde diciembre, que algo cambiara para bien. Está visto que no es así, y por poca atención que los responsables, en cada tema, presten a nuestra columna, nos decidimos, a recomenzar aquello que fue característica de LA TRASTIENDA DE BAHÍA, en su formato de “revista de café”, y en el blog que respondía a esa marca, vigente desde un poco más de once años hasta aquí.

Creemos que es tiempo de ir paso a paso en el seguimiento de un quehacer político municipal, el del “Pago Chico”, que no cesa de dar ejemplos muy poco alentadores.

Una somera puntualización, interpretamos, nos ayudará a poner de manifiesto algún punto de partido:

- Si Cristian Breitenstein no asumió su nuevo mandato, ¿puede acaso tener relevo interino?. Fue comidilla desde que se supo que se iría a La Plata. ¿Hasta cuándo?.

- Estar en un ministerio, ¿exime a Cristian de hacerse cargo de las “desprolijidades” (por utilizar una definición benévola) de lo ocurrido con el Coprotur o bien con estos gastos 2011 derivados al ejercicio 2012?.

- ¿No será ya, por los cauces que correspondan, de reclamar que haya elecciones para cubrir la ausencia de un intendente/ministro que no asumió su cargo?.

- ¿Puede Gustavo Bevilacqua, aún ordenando un sumario, desentenderse respecto de lo que recibió, si entre 40 y 50 millones de deuda los recibía como “herencia”?.

- ¿Qué quedó de la promesa de no cubrir cargos que quedaban vacantes?. ¿se borra con el codo lo escrito con la mano y nadie dice nada?.

- Cuando la visita de Daniel Scioli, Bevilacqua no estuvo. Tampoco fue a la convocatoria de Julio De Vido, postergándola para el momento en que el mandatario viniera a la ciudad. No fue a Coronel Suárez (presencia del gobernador) en agosto, ocupado en otras gestiones. ¿Impostergables?.

Gustavo Bevilacqua rubricó un convenio con
la presidenta de la Nación, Cristina Fernández
de Kirchner, para la construcción 179 viviendas.
- Bevilacqua, a quien conocemos desde hace muchos años (porque hemos transitado el vecino distrito de Villarino, y lo hacemos aún después de cuatro décadas), nos recibió en diciembre 2011, a poco de asumir. Nos “pateó” un pedido (vivimos en cierto como de la publicidad y no de las notas) hasta marzo 2012. Hicimos alguna propuesta, entre medio. Nunca hubo respuesta suya. Y lo que es peor: después de verlo en un acto en la aeroestación local (nueva promesa de entrevista para después de un inminente viaje a La Plata) no sólo nunca accedimos a la audiencia periodística prometida sino que ni él ni su secretario privado, respondieron como corresponde a nuestros requerimientos por telefonía celular o mails.

- Un hecho más generalizado, que no es privativo del orden local: ¿hasta cuándo se permitirá que legisladores electos (senadores, diputados o concejales) puedan dejar sus bancas para ocupar cargos ejecutivos y volver cuando se les ocurra (o  los complique algún tema).

- Siguen las promesas: “haremos”; ¿cuándo será ¡hicimos!?.

Pese a todo lo antedicho, este viernes (21), es el día de la Primavera. En esta estación que comienza, por lo general, renacen las esperanzas; es como que la vida da una nueva oportunidad. ¿Podrá creerse, sin una nueva decepción, que alguien cumpla?.  

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