EL PAPA BENEDICTO XVI ANUNCIÓ QUE RENUNCIARÁ EL 28 DE FEBRERO

El papa Benedicto XVI anunció,
este lunes (11), que renunciará el 28 de febrero próximo debido a que ya no
tiene la fuerza para cumplir con sus obligaciones como líder de la Iglesia Católica.
"Por esta razón, y siendo
muy consciente de la seriedad de este acto, por propia voluntad declaro que
renuncio al ministerio de Obispo de Roma, Sucesor de San Pedro"
"Por esta razón, y siendo
muy consciente de la seriedad de este acto, por propia voluntad declaro que
renuncio al ministerio de Obispo de Roma, Sucesor de San Pedro", dijo el
Papa en un comunicado emitido por el Vaticano.
La decisión papal era inesperada.
“Nos ha tomado a todos por sorpresa”, declaró el portavoz de Vaticano, el
jesuita Federico Lombardi.
Ante el consistorio convocado
en el Vaticano, Benedicto XVI explicó, hablando en latín, que “después de haber
examinado ante Dios reiteradamente mi conciencia, he llegado a la certeza de
que, por la edad avanzada, ya no tengo fuerzas para ejercer adecuadamente el
ministerio”.
Joseph Ratzinger, de 85 años,
señaló que era “muy consciente de que este ministerio, por su naturaleza
espiritual, debe ser llevado a cabo no únicamente con obras y palabras, sino
también y en no menor grado sufriendo y rezando”.
El Pontífice reemplazó a Juan
Pablo II, tras su muerte 2005, pese a las fuertes críticas que pesaban sobre
él, ya que se lo acusaba de ser muy estricto, de haber amparado a sacerdotes
pedófilos y de haber formado parte de las juventudes hitlerianas y del ejército
nazi durante sus años de seminarista.
El Papa indicó que “en el
mundo de hoy, sujeto a rápidas transformaciones y sacudido por cuestiones de
gran relieve para la vida de la fe, para gobernar la barca de San Pedro y
anunciar el Evangelio, es necesario también el vigor tanto del cuerpo como del
espíritu”.
Un vigor que en los últimos
meses, subrayó el Pontífice, “ha disminuido en mí de tal forma que he de
reconocer mi incapacidad para ejercer bien el ministerio que me fue
encomendado”.
Luego, el Papa, tras aclarar
de que estaba consciente de la seriedad de su decisión y de que la tomaba con
absoluta libertad, declaró que renunciaba “al ministerio de Obispo de Roma,
Sucesor de San Pedro, que me fue confiado por medio de los Cardenales el 19 de
abril de 2005, de forma que, desde el 28 de febrero de 2013, a las 20.00 horas, la
sede de Roma, la sede de San Pedro, quedará vacante.
Debido a ello, dijo el Papa,
“deberá ser convocado, por medio de quien tiene competencias, el cónclave para
la elección del nuevo Sumo Pontífice”.
Benedicto XVI agradeció
profundamente a todos los que lo acompañaron en su gestión para conducir la Iglesia Católica ,
pidió perdón por sus defectos e hizo votos para los cardenales elijan al mejor
entre sus posibles sucesores.
“Confiamos la Iglesia al cuidado de su
Sumo Pastor, Nuestro Señor Jesucristo, y suplicamos a María, su Santa Madre,
que asista con su materna bondad a los Padres Cardenales al elegir el nuevo
Sumo Pontífice”, dijo.
En cuando a su futuro,
el Papa sólo indicó que quería “servir de todo corazón a la Santa Iglesia de
Dios con una vida dedicada a la plegaria”.
Lombardi precisó más adelante
que cuando Benedicto XVI deje vacante su cargo, se trasladará a la residencia
de Castel Gandolfo, la residencia papal ubicada a una treintena de
kilómetros al sur de Roma.
EL TEXTO COMPLETO
A continuación, el texto del
anuncio hecho por el máximo jerarca de la Iglesia Católica
ante el consistorio, reunido en El Vaticano para fijar las fechas de dos
canonizaciones:
"Queridísimos hermanos,
Os he convocado a este
Consistorio, no sólo para las tres causas de canonización, sino también para
comunicaros una decisión de gran importancia para la vida de la Iglesia.
Después de haber examinado
ante Dios reiteradamente mi conciencia, he llegado a la certeza de que, por la
edad avanzada, ya no tengo fuerzas para ejercer adecuadamente el ministerio
petrino. Soy muy consciente de que este ministerio, por su naturaleza
espiritual, debe ser llevado a cabo no únicamente con obras y palabras, sino
también y en no menor grado sufriendo y rezando.
Sin embargo, en el mundo de
hoy, sujeto a rápidas transformaciones y sacudido por cuestiones de gran
relieve para la vida de la fe, para gobernar la barca de San Pedro y anunciar
el Evangelio, es necesario también el vigor tanto del cuerpo como del espíritu,
vigor que, en los últimos meses, ha disminuido en mí de tal forma que he de
reconocer mi incapacidad para ejercer bien el ministerio que me fue
encomendado.
Por esto, siendo muy
consciente de la seriedad de este acto, con plena libertad, declaro que
renuncio al ministerio de Obispo de Roma, Sucesor de San Pedro, que me fue
confiado por medio de los Cardenales el 19 de abril de 2005, de forma que,
desde el 28 de febrero de 2013,
a las 20.00 horas, la sede de Roma, la sede de San
Pedro, quedará vacante y deberá ser convocado, por medio de quien tiene
competencias, el cónclave para la elección del nuevo Sumo Pontífice.
Queridísimos hermanos, os doy
las gracias de corazón por todo el amor y el trabajo con que habéis llevado
junto a mí el peso de mi ministerio, y pido perdón por todos mis defectos.
Ahora, confiamos la Iglesia al cuidado de su
Sumo Pastor, Nuestro Señor Jesucristo, y suplicamos a María, su Santa Madre,
que asista con su materna bondad a los Padres Cardenales al elegir el nuevo
Sumo Pontífice. Por lo que a mí respecta, también en el futuro, quisiera servir
de todo corazón a la
Santa Iglesia de Dios con una vida dedicada a la plegaria.
Vaticano, 10 de febrero 2013.
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