“EL AJUSTE NO ERA CHAMUYO”
La
CTA Bahía Blanca- Dorrego manifiesta su rechazo a la ola de despidos que se
están produciendo en la administración estatal nacional, provincial y
municipal. El decreto 254 del gobierno de Mauricio Macri ordenaba
revisar los concursos y los contratos de todas las áreas en un plazo
de tres meses. Ahora están echando directamente; ni siquiera respetan su propio
decreto que ya estaba marcando la política de avanzar sobre los puestos de trabajo.
Los trabajadores
despedidos hasta el momento son: Estado nacional 3340 (gobierno Cambiemos);
Santa Cruz 1000 (gobierno FPV); Salta 195(gobierno FPV);Tierra del Fuego 1000
(gobierno FPV); La Rioja 800 (gobierno FPV); provincia de Buenos Aires 7397 (gobierno
Cambiemos); Catamarca 832(gobierno FPV); y Mendoza 1600 (gobierno Cambiemos).
En total
son 16164 en menos de 30 días. En el ámbito privado se dan situaciones
similares (Cresta Roja, Cerámica San Lorenzo, etcétera), alentadas además por el ejemplo de lo que
ocurre en el Estado, sin alcanzar todavía esos números, pero sí avanzando sobre
las condiciones y la intensidad de los trabajos.
En
la provincia de Buenos Aires, a todo esto se agrega al decreto de la
gobernadora para suspender la paritaria de los trabajadores municipales en toda
la provincia.
A
nivel local, en tanto, se quita el subsidio de 2 mil pesos a los cartoneros
mientras se suman nuevos cargos políticos y el intendente cobra 163 mil pesos
por su trabajo.
No
hay casualidad en estos números. Se trata de una política deliberada que merece
una respuesta inmediata desde nuestro lugar de clase trabajadora.
Para
justificar los despidos se está utilizando y difundiendo por los grandes medios
la estigmatización de que son todos “ñoquis”. Nuestra
organización no defiende a quien cobra sin trabajar ni el
clientelismo de última hora para realizar nombramientos, pero sí decimos
rotundamente que la inmensa mayoría de los puestos de trabajo en el Estado
tiene que ver con la atención de derechos sociales como la salud, la educación,
el trabajo, la previsión y la seguridad social, la vivienda, las jubilaciones,
etcétera. Los trabajos de hombres y mujeres en el Estado son socialmente
necesarios en tanto están dirigidos a la atención de esos derechos y
necesidades.
Rechazamos
por mentiroso y manipulador el intento de construir un sentido común que asocia
a todo trabajador/a estatal con un vago o un ñoqui.
Decimos,
también, que la oleada de despidos está siendo facilitada por
algo que nuestra CTA vino denunciando como política de las
patronales, que el gobierno anterior convalidó: la gran extensión de la
precarización laboral tanto en el trabajo público como en el privado. El ajuste
sobre el empleo está pavimentado por la alta vulnerabilidad de todos
quienes trabajan bajo las distintas formas de la precarización.
Con
el discurso de dar de baja a los ñoquis se encubren los verdaderos objetivos de
los despidos masivos:
*ajustar
la inversión pública utilizando como variable principal el empleo.
*
disciplinar no sólo a estatales sino al movimiento obrero en su conjunto en el
período previo a las paritarias.
Cuando el ministro Prat Gay ha dicho como
mensaje a los sindicatos, “fíjense hasta qué punto pueden arriesgar
salario a cambio de empleo”, cierra toda la ecuación: el imperativo es aceptar
la baja de salarios o ponerse bajo riesgo de perder el trabajo.
Una
forma de proclamar lo que son intereses propios (los de quienes ganan fortunas
con remarcaciones y devaluaciones y otras yerbas) como si fueran intereses
colectivos. Dicho de otra manera: de intentar disfrazar como de interés
colectivo (de todos los trabajadores) lo que es interés específico de una
minoría de grandes empresas que solo piensan en incrementar su tasa de ganancia.
UNIDAD
CONTRA EL AJUSTE
Desde
la CTA afirmamos la necesidad de esclarecer los verdaderos objetivos de esta
escalada de despidos y remarcaciones de precios a los que se
acompaña con represión como ocurrió en La Plata, en Neuquén y antes en Cresta
Roja. Y de organizarnos desde cada lugar de trabajo para resistir
este avance sobre nuestros derechos. El segundo paso necesariamente
será unir los reclamos y darle una expresión unificada, porque los de
arriba apuestan a dividirnos. Saben que la fragmentación impide luchar con la
fuerza necesaria para frenar el ajuste y cuentan para ello lamentablemente con
la ayuda de buena parte de quienes deberían representar los intereses de los
trabajadores y están encaramados y atornillados a los cargos sindicales.
Por
eso decimos: ningún trabajador/a despedido; reincorporación inmediata de
todos/as los que trabajan.
Inmediata
convocatoria a paritarias libres. No al chantaje para no otorgar los aumentos
salariales que correspondan.
Salario mínimo
igual al costo de la canasta familiar.
Aumento
de emergencia a los jubilados.
No
a la criminalización de la protesta.
CTA
BAHÍA BLANCA-DORREGO
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