LIBRO DE PASES
Por el senador Horacio López.
En este tiempo donde en la
política el “libro de pases” está siempre abierto y varios jugadores analizan
en que equipo tienen mas futuro propio, muchos ciudadanos se preguntan a quién
votar.
Es lógico que existan dudas.
Si votaron a peronistas del Frente para la Victoria que “daban la vida por Cristina” y ahora
están en el Frente Renovador; si votaron radicales que en su momento los
convencieron de que Ricardo Alfonsín era el mejor candidato a presidente, y más
tarde se fueron con Massa; si eran fieles seguidores de Francisco de Narváez y
ahora está con Scioli o con Macri.
Como en el fútbol las
transferencias suelen mejorar el futuro de los jugadores. Y en la política…
Mientras tanto la hinchada sigue mirando desde afuera el partido, donde no hay
árbitro que sancione a los jugadores inmorales.
Hoy según algunas encuestas,
entre los cuatro competidores principales, tres -si tres-, son peronistas. Con
una característica saliente: los tres pertenecen al cuadro de la derecha. Para
que se entienda bien, están muy cerca del peronismo de Carlos Saúl Menem. Esto
es un retroceso abrupto del Estado y piedra libre para que el zorro se coma las
gallinas. ¿Se acuerdan del 1 a
1?.
Se presentan con una imagen
distinta, pero comparten el mismo ADN. Scioli pausado, medido, conciliador,
pero que no puede mostrar tres cosas importantes logradas por su gestión de
ocho años en la provincia de Buenos Aires, y que fue convocado por Carlos Menem
para ser diputado por la
Capital Federal ; funcionario de Eduardo Duhalde; y
vicepresidente de Néstor Kirchner. Es decir que “cualquier colectivo lo deja
bien”. ¿O Menem, Duhalde y Kirchner eran lo mismo?.
Sergio Massa militó en la UCEDE de don Álvaro
Alsogaray, partido liberal conservador. Fue presidente de la UCEDE de la provincia de
Buenos Aires y antes presidente de la juventud liberal bonaerense. Fue
subsecretario de Menem en el Ministerio del Interior; asesor de Palito Ortega y
estuvo al frente de ANSES con Duhalde y con Néstor Kirchner. También fue jefe
de Gabinete de Cristina Fernández de Kirchner, aprobando la llamada resolución
125 -aclaro por aquellos productores agropecuarios que decidieron votarlo-. Fue
candidato testimonial a diputado con Néstor en 2009, para luego, según la
revelación de cables de Wikileaks, en conversación con funcionarios de Estados
Unidos en Buenos Aires, definir al ex presidente como “cobarde” y “perverso”.
Una pintura de lealtad el hombre. Y entre sus méritos fue el principal impulsor
de Amado Boudou. Se siente cómodo jugando a la derecha y también cualquier
colectivo lo deja bien.
Y por último, Mauricio Macri,
quien es el único procesado de los candidatos peronistas por escuchas ilegales
(juez Casanello). De este candidato se sabe que su ascenso a la presidencia de
Boca Juniors tenía como objetivo intentar llegar a la Jefatura de Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires.
Declarado hombre del peronismo liberal, cumplió tareas en el Citybank y formó
parte de Socma, empresa que sintetiza al grupo Macri. Si se desea conocer como
ha hecho su fortuna recomiendo que lean “Los dueños de la Argentina ”, de Luís
Majul, biografía nunca negada enfáticamente.
Cuando fue diputado asistió a
51 votaciones de las 280 que debía concurrir. Ha destacado el trabajo de la
dictadura militar en Buenos Aires (Osvaldo Cacciatore). En el 2012 fue
denunciado porque una red de trata y prostitución supuestamente financió su
campaña. La denuncia fue acompañada de una foto de él con su esposa en México,
junto a Gabriel Conde, prófugo de la justicia. La causa llegó a manos de
Servini de Cubría. Tiene ante el INADI una denuncia por discriminación a los
“gorditos” y a los bolivianos. Una joya el candidato. Ahora algunos que siempre
manifestaron no ser peronistas analizan sumarse al PRO o formar alianzas con el
PRO. Peronismo de derecha con sesgo autoritario.
¿Y esto para que sirve, se
preguntarán?. Para que los lectores, espero que muchos, antes de votar conozcan
los antecedentes y comportamientos de los candidatos y luego no se sientan
frustrados. Especialmente los que menos tienen. El concepto social, el criterio
de que el Estado debe ser igualador de posibilidades para todos, no lo respeta
la derecha. Esto es así de claro.
Hay quienes sostienen la
muerte de las ideologías. Es una de las grandes falacias de nuestro tiempo. Es
peligroso porque fomenta, entre otros males, el populismo. Buscan al electorado
sin brújula doctrinal, ni banderas. Esto lo hacen muchos de los caudillos
carismáticos y mediáticos. El dogmatismo de derecha es lo que lo sostiene. Las
ideologías políticas son sistemas de ideas, creencias y valores filosóficos que
permiten definirse claramente sobre los problemas humanos y sociales. Atentos
aquellos que creen que hay que juntarse con el único objetivo de “ganar”.
Como en el fútbol, es
importante ganar, pero, como siempre, el fin no justifica los medios. Juntos
con los que pensamos similar. Amontonados no sirve. Ese partido ya lo jugamos y
en el ’99 lo perdimos.
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