NAVIDAD PARA TODOS
Predilección.
Vuelve la
Navidad y nosotros
podremos sumergirnos en el dulce misterio de Dios hecho niño.
Es estremecedora esta escena del pesebre, tan real, con un
significado tan denso, encarnación de las bienaventuranzas.
Hace vibrar cuerdas de nuestro corazón que suelen estar
silenciosas porque el estruendo de los muchos, grandes y grandísimos problemas
del momento no nos permite prestarles atención.
Al menos el día de Navidad prestemos oídos a esa delicadísima
armonía a la cual se suman los grandes, interminables silencios de los pobres
del mundo, de aquellos que con tanta frecuencia se ven afectados por tremendos
cataclismos, de los enfermos, de los hijos de nadie, de los miserables en las
calles, de los marginados, de los desocupados, de todos aquellos que Jesús ama
porque se asemejan a él desde su nacimiento.
También nosotros
debemos amarlos como él.
Que nuestro corazón, en este día de Navidad, los elija
nuevamente como predilectos.
Ellos nos esperan en los suburbios de nuestras ciudades.
Esta opción, frente al Niño Jesús, es la mejor manera de
vivir una Navidad.
Extraído de “Navidad para todos, de Chiara Lubich, Editorial
Ciudad Nueva.
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