POLÍTICA AL DÍA EN TIEMPO DE VERANO

Pensar en los menos, antes que en los más (¿será esa la política (colectivos) del gobierno bahiense?). Domínguez y Asseff (desde la burbuja): cambiar capitales. Anotados, por otros, para la carrera 2015. ¡Bien por Fabián Val!.

Fabián Val, con Raúl Martín.
Hemos dicho, y no pocas veces, que el “consenso” (aunque la definición de diccionario sea otra) es algo así como ponerse de acuerdo para complicarle un poco más la vida a los otros.

Tal parece ser, a la luz de los hechos, el criterio con el que, una vez más, se aborda el tema del boleto de colectivos en la ciudad. Ese asunto, fue objeto de conversaciones entre ediles y funcionarios comunales, en Sarmiento 12, este pasado miércoles (8).

En ese sentido, todo indica que se utilizará la mecánica del subsidio (algo que de por sí “suena” y “cae” mal con su sola mención). Basta recordar la “repulsa” que ha provocado saber de los que han sido adjudicados a algún concesionario de servicios de transporte, en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, para que (recuérdense los accidentes ocurridos, alguno con trágicas consecuencias, que sería mejor olvidar) nunca hiciera nada para mejorar la prestación en todo sentido.

No es, por supuesto, el caso de lo local, que está otra vez sobre el tapete. Aunque sea admisible que en algunos aspectos el transporte público de pasajeros ha reflejado una sensible mejoría (si cabe el término), detrás de eso está, siempre, latente la actualización del pasaje, por una razón de costos.

Pero en lugar de acercarse un tanto a lo deseable, siempre se elige otro camino. Eso se desprende de lo tratado en el cuerpo parlamentario, con presencia de un funcionario de Bahía Trasporte Sapem (BTS), que lleva –si no nos equivocamos en la apreciación- “la voz cantante” en cuanto a la defensa de la relación costos/tarifa.

Dudas y propuestas, dicen, han formulado los concejales (habría que saber hasta dónde) frente al análisis de costos que sugeriría, con bastante certeza, un boleto básico de 5,80 pesos, en lugar de los 4,15 en vigencia en la actualidad.

La solución, se dice, pasaría por no afectar a los “pasajeros frecuentes” (algo así como los que usan unos 40 pasajes por mes), aunque representen sólo un 5 por ciento de los pasajeros transportados. ¿El resto, qué?.

Los usuarios del transporte público, que no usan –porque no lo precisan- dos veces por día los micros, se verían obligados a abonar 5,80 pesos cada vez que viajen. En ese “universo”, casi con seguridad, estarán vecinos con menores recursos, jubilados, empleadas domésticas, universitarios y mujeres embarazadas, por citar sólo algunos casos de quienes no hacen utilización permanente y muy frecuente del servicio.

Alejandro Granados, con Daniel Scioli.
La idea de un fondo compensador; de recurrir a recursos provenientes del costosísimo estacionamiento medido y pago; o, más en lo que puede provocar cierta sonrisa burlona, echar mano a los fondos de multas pendientes aplicadas a las empresas Plaza y Mayo, huele a “sanata”, que encubre la realidad más afligente: andando los días (se supone que el asunto, al igual que el presupuesto 2014 se analizará el mates 14), se pondrá en vigencia el nuevo tarifario y todo lo demás quedará para más adelante… o, lo que es peor, sujeto a que la gente entienda de qué se trata el beneficio de la tarjeta personalizada que, de todas maneras, no hará que quienes viajan menos lo hagan más.

Quizás, apartándose de garantizar el “equilibrio” económico y financiero de las empresas, sería necesario que, primero que todo, se privilegie a quienes se pueden ver en figurillas para ir, en colectivo, de un lugar a otro de la ciudad. Y a otro perro con ese hueso con eso de un mismo boleto que permita bajar de una unidad de transporte y subir a otra, con distinto destino, sin volver a registrar otro débito en su tarjeta. ¿Cuántas veces se habló de eso?. 

Saliendo del caso “colectivos: nueva tarifa”, recurrente cada tanto, hay comidilla de esa frente a la cual es mejor reír que llorar.

Julián Domínguez, presidente de la Cámara de Diputados de la Nación, quizás iluminado por el reciente paso de los “magos de Oriente” -dicho esto con todo respeto por quienes hacen año a año las delicias de los más chicos y teniendo muy presente las bodas de oro de la fiesta de Reyes en Sierra de la Ventana- no ha tenido mejor idea que reflotar un proyecto que empezó a gestarse (y terminó abortado) en los tiempos de Raúl Alfonsín.
Alberto Asseff.

Sugiere el legislador, que tiene estrecha amistad con el Lord Mayor local, insistir en la idea de que la ciudad de Buenos Aires ya no sea más la capital del país. “Hay que volver a repensar la Argentina; repensar en el norte grande; repensar si la capital política argentina debe estar en esta ciudad o en el norte argentino", ha dicho.

Ni lerdo ni perezoso, Alberto Asseff, diputado nacional por el massismo, propuso cambiar la capital de la provincia de Buenos Aires.  Apoyó la idea de Domínguez al señalar que se generarían "expectativas de cambio muy tonificantes si decidiéramos el traslado del Distrito Federal a Viedma, Río Cuarto o Tucumán"; y se despachó, después, con la idea de que la capital bonaerense debería ser trasladada al interior. Sugirió Azul u Olavaria, como alternativas, según lo apuntó por estas horas la revista “La Tecla”. “No hay que construir una costosa nueva ciudad, sino utilizar la infraestructura de algún centro urbano existente. Esta decisión nos sacaría del inmovilismo que nos paraliza hoy en día”, ha puntualizo Asseff. Sinceramente, uno y otro, ¿están acaso encerrados en una burbuja que los aísla totalmente del acontecer cotidiano?.
Julián Domínguez.

Citábamos aquí, horas atrás, que Jaime Linares estaría en la mira de Hermes Binner y Ernesto Sanz, para postularlo a la gobernación de Buenos Aires, con vistas al 2015. Apresurados, por cierto, o animados por una sencilla razón: quien fuera por 12 años intendente de Bahía Blanca concluirá mandato como senador nacional; se ha hecho ver en otro nivel; y goza de no poco prestigio, aunque más bien en el sur bonaerense, más que en el decisivo conurbano.

Pero no es lo único que anda en ciernes. Por los pagos de la “quinta”, quieren acceder a la vicegobernación. Diego Bossio, titular de la ANSES, por un lado; y Juan Pablo de Jesús, intendente del partido de La Costa, estarían ocupando lugares en la cartelería de autopistas y rutas. Alejandro Granados, ministro de Seguridad, se ha manifestado también. Ha dicho que Daniel Scioli es “la persona con más capacidad” para llegar a la Casa Rosada”.

Granados expresó, también, que “el próximo gobernador (de la provincia) tiene que ser intendente", pero se alejó de esa disputa al aclarar: “a partir del 10 de diciembre de 2015 voy a ser presidente de Tristán Suárez y voy a volver a manejar mi negocio como hace 50 años. Voy a cumplir 65 años y le prometí a mi hijo Santiago, de 11 años, que dejo la política; lo quiero disfrutar a él”. Terminante, el “duro”.
Diego Bossio.


Una buena, que no es de postulaciones sino de una elección hecha en el ámbito de la OMIC. Allí, la gente nominó a Fabián Val como su delegado en el Sindicato de Trabajadores Municipales. Fabián dijo: “gracias a mis compañeros de la OMIC por su confianza y sin dudas estaré a la altura de las circunstancias”, en su cuenta de Twitter. Sabiendo de su capacidad, seguramente será así. Y Raúl Aníbal Martín, presidente de la UCR distrital, lo ha señalado, también, al expresar: “hoy (por este miércoles 8), un correligionario fue electo delegado del STMBB en su oficina de la OMIC. Sin dudas que han elegido a una persona que los representará de la mejor manera. Toda la buena suerte del mundo y que tengas una gran gestión estimado amigo”. ¡Buen cierre!. 

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