CAMBIEMOS PARA QUE NADA CAMBIE

De un camino (entre Cabildo y Saldungaray) y de las cosas simples que ni siquiera se responden, porque todos están muy ocupados o no están…

Sabemos, y no de ahora, que la red caminera de la provincia de Buenos Aires, no sólo es extensísima, sino –desde siempre– virtualmente intransitable en sus sectores de tierra, o lo que es igual, en kilómetros y más kilómetros.

Nunca entendimos, pero lo imaginamos, para qué existía el distrito 11 de Vialidad Provincial, en tiempos en que su jefatura estaba a cargo del ingeniero Juan Carlos Cordisco (atento funcionario, cuya trayectoria nos era conocida y siempre respetamos); y sus oficinas, en la zona sur bonaerense, ubicadas a no muchas cuadras de nuestro lugar de trabajo periodístico independiente, ubicadas en la calle Soler 231 “de nuestra ciudad”, lo que es cierto que es una manera de decir.

Pero, aun sabedores de que podíamos encontrar como respuesta, este lunes (25), tuvimos (¡oh ilusos!), la “peregrina idea”, de consultar telefónicamente al número (0291) 452 1000.

Allí, muy “amablemente”, se nos dijo que “todos los ingenieros” estaban ocupados y que llamara después.
Lo hicimos más tarde y, ¡oh sorpresa!, entonces se nos contestó que debíamos comunicarnos con Vialidad Provincial, pero en su sede La Plata. La titular de la zona 11, ingeniera Claudia Rossi, se nos apuntó, y su también colaboradores, seguían ocupados pero, además, no estaban facultados para responder al que debía ser  nuestro requerimiento, muy simple por otra parte.

Hicimos (o intentamos hacer) el llamado a la “ciudad de las diagonales”, con resultado negativo. El número (0221) 4211161 y los restantes (líneas rotativas hasta el 169) “no respondieron”.

Vuelto a comunicarnos con la sede regional, se nos dio otro dato. Allí sí nos contestaron, desde el sector “conservación”, pero se nos pidió llamáramos en unos minutos, para hacer la averiguación por el sistema informático (¡la computadora, bah!), haciendo la salvedad de que “estaban” disponibles hasta las 16.


Aun así, como era sólo cuestión de unos minutos, llamamos exactamente a las 13.30, y ya sólo hubo señal de fax (se habían ido todos o algo parecido).

Como no somos “botones” de nadie, no damos el nombre de quien, diciendo conocer la zona, se comprometió a indicarnos de quién depende la atención del camino entre Cabildo y Saldungaray, de tierra, obvio, o más bien expresado, de piedras y algo más, tan desastroso ahora (de Cabildo a Estomba; y de Estomba a Saldungaray), como en aquellos lejanos tiempos en que los transitábamos, por los años ’70 y ’80, un poco por razones familiares; y mucho más por cuestiones laborales en esa parte de nuestra región que “trabajamos periodísticamente, por nuestro "Diario Tornquist" o por las producciones radiales que teníamos hasta Coronel Pringles incluido.

Es muy cierto, por otra parte, que mucho más simple hubiera sido ir hasta los lugares apuntados e intentar dar con alguien que informe aquello que seguramente no podrían, porque es tan malo el camino ahora como antes, desde tiempo inmemorial.

Del lado de Tornquist, y hace mucho tiempo ya, nadie atiende absolutamente nada si de consultar algo se trata, oficina de “incomunicación” incluida. Del otro extremo (Bahía), mejor no hablar.


En síntesis, el “Cambiemos” (de María Eugenia Vidal y compañía, porque de ella dependería todo lo que no da respuesta, como Vialidad), es cambiar para que nada cambie. Porque las cosas, de diciembre en adelante son iguales o peores, así de claro…

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