ENTONCES... MESSI FROTÓ LA LÁMPARA
Argentina venció a Irán, con lo justo. Pasó a octavos de
final.
Con gol de "La Pulga", nombrado el mejor del partido, a los
45 del segundo tiempo, Argentina le ganó 1 a 0 a Irán por la segunda fecha del
Grupo F de la Copa del Mundo. El equipo jugó mal pero consiguió el pasaje a
octavos.
El “10” apareció en todo su esplendor a los 45 minutos
del segundo tiempo y clavó la pelota en el ángulo superior derecho del arquero
Alireza Haghighi para desatar la locura de los 40 mil hinchas argentinos que le
dieron un marco espectacular al estadio Mineirao, de Belo Horizoante, en un
partido por la segunda fecha del Grupo F.
Con ese gol extraordinario, el segundo en esta Copa del
Mundo y el número 40 en el seleccionado nacional, “La Pulga” selló el pase a
los octavos de final del equipo de Alejandro Sabella, que fue de mayor a menor
y que volvió a quedar en deuda por el pobre nivel futbolístico exhibido.
Argentina, con la victoria, la segunda en el certamen
ecuménico en igual cantidad de presentaciones, llegó a 6 puntos; cinco más que
Nigeria e Irán; y seis por delante de Bosnia, rival al que venció en el debut
por 2 a 1 en el estadio Maracaná de Río de Janeiro.
El seleccionado nacional, con el esquema
"madre", como lo definió Sabella en la conferencia de prensa del
viernes (19), el 4-3-3, asumió el protagonismo desde el inicio; tuvo la
tenencia de la pelota; marcó el ritmo del juego; y generó situaciones, pero no
las pudo convertir.
El equipo nacional fue de mayor a menor, ya que con el
transcurrir de los minutos se fue desdibujando ante la férrea marca del sólido
bloque defensivo iraní.
Es que Messi, el jugador distinto, el mejor del planeta,
no logró meterse en el partido y Angel Di María, la otra usina futbolística, tuvo
apariciones esporádicas.
Entonces Gonzalo Higuaín y Sergio Agüero, los otros dos
atacantes, entraron poco en juego, más allá de que tuvieron sus chances a los
13 y 21 minutos, respectivamente.
Primero, el ex River Plate no pudo en el mano a mano ante
Alireza Haghighi, tras un pase brillante de un discontinuo Fernando Gago, y
después el ex Independiente exigió otra estupenda respuesta del arquero iraní
con un exquisito remate al palo izquierdo.
Inmediatamente, 120 segundos más tarde, Marcos Rojo casi
anota con un cabezazo que se fue cerca del poste izquierdo.
Argentina, durante ese lapso, tuvo juego; generó
espacios, pero no concretó las ocasiones de gol que dispuso frente a un equipo
iraní disciplinado, sólido y prolijo en defensa, pero muy limitado de mitad de
cancha hacia adelante.
El entrenador portugués Carlos Queiroz no le puso marca
personal a ningún jugador argentino y diagramó un planteo inteligente, que se
fue consolidando conforme a cómo avanzó el partido.
De hecho, esa disposición táctica apagó el envión
futbolístico del conjunto nacional, que con el transcurrir de los minutos se
hizo predecible en ataque, ya que nunca soltó definitivamente a los laterales
Pablo Zabaleta y Rojo en ataque.
Apenas un tiro libre de Messi y un cabezazo de Ezequiel
Garay, a los 32 y 36 minutos, sucesivamente, fueron las últimas dos
aproximaciones, más que llegadas de riesgo, que generó Argentina en el cuarto
de hora final de la etapa inicial.
Irán, que se paró con un 5-4-1 inflexible, apostó, como
era lógico a una pelota parada, y a los 41 minutos llegó con un cabezazo del
zaguero central Jalal Hosseini. Es que cada vez que quiso o intentó salir de
contraataque la defensa albiceleste recuperó rápido la pelota.
Sin embargo, a los 7 minutos del segundo tiempo, tuvo la
chance más clara con un cabezazo de Reza Ghoochannejhad, que contuvo Sergio
Romero, a la postre la figura de la cancha.
Argentina, que dejó atrás el controversial dibujo 5-3-2
del primer período en el debut ante Bosnia (2-1), recién generó una jugada de
riesgo a los 14 minutos con un remate de Messi, que se fue cerca del palo
derecho. Y tuvo otra del “10”, de tiro libre, y un disparo de Di María, a los
28 y 29 minutos, respectivamente.
Pero careció de una idea futbolística para quebrar la
resistencia de un rival, en los papeles inferior, que hasta pudo ganarlo con un
cabezazo de Ashkan Dejagah, a los 22 minutos.
Así se consumaba el partido, con cambios tardíos de un
Sabella conservador y dubitativo, que esperó demasiado para torcer el rumbo de
un encuentro que no le fue favorable en toda la segunda etapa.
De hecho, Irán que participa de su cuarta Copa del Mundo
y nunca superó la ronda de grupos, tuvo el triunfo en los pies de
Ghoochannejhad, un buen delantero, pero Romero, a los 41 minutos, volvió a
salvar a la Argentina.
Era empate, era tristeza, era un paso atrás. Pero
apareció Messi, hizo magia y le dio un triunfo clave al equipo de Sabella, con
un “gol de otro partido” en el epílogo del encuentro.
Fotos: Alejandro Amdan y Fernando Gens,
enviados
especiales de la Agencia Télam.
La crónica de Télam habla de un planteo iraní 5-4-1. Si desde el debut argentino en la Copa, cuando el dificultoso triunfo ante los bosnios, que fue posible mutando desde el inicio del complemento de 5-3-2 a 4-3-3 hubo que explicarle a aquellos que sólo se interesan en el futbol cada 4 años qué cazzo son esas combinaciones numéricas...No quieran pensar, no le pregunten a nadie -como decía VHMorales cuando se destacaba como gran relator- lo que habrá que hacer desde ahora y hasta el partido del seleccionado de AFA contra el de Nigeria lo que significa 5-4-1 que en realidad a mí me pareció un 5-5 con las mencionadas proyecciones del que en los papeles era el único delantero iraní. Es verdad que Argentina sigue en deuda. Lo de Messi -no hay que llamarse a engaño- ha pasado muchas veces en el Barcelona. Una aparición magistral y a otra cosa. Ojalá el cierre de la primera fase, el miércoles pxmo, contra Nigeria nos entusiasme un poco más. Fdo. Eduardo Serralunga.
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