1937 – 3 DE ABRIL – 2012: HACIA LOS 75 AÑOS DE LA PARROQUIA SANTA TERESITA

Un cuarto de siglo atrás, por cierto, las cosas eran absolutamente distintas. Era otra la vida, en todos sus aspectos.

Sin embargo, por estos tiempos de 1987, la ciudad se aprestaba a uno de los acontecimientos más relevantes de su larga historia.

Estaba por llegar, a estas tierras nuestras, nada más y nada menos que Juan Pablo II, el Sumo Pontífice, que cautivaría con su presencia, a propios y extraños.

Era aquí el recordado Jorge Mayer, el pastor de la arquidiócesis, obispo ejemplar, al que conocimos desde siempre. El, pese a las responsabilidades de su investidura episcopal, nunca dejó de hacer un alto, en su camino, para tener un gesto de amistad, de esos que eran (siempre lo han sido) algo así como una “caricia para el alma”, aún en las peores circunstancias.

Monseñor Mayer tuvo la enorme gentileza de convocarnos, por entonces, a integrar el equipo de prensa de la visita del Papa; y por eso volvimos, 25 años después, a aquel lugar, la Curia Eclesiástica, que habíamos dejado 25 años antes, después de ser en alguna medida dirigentes de la juventud de la vieja Acción Católica.

Impensada gratificación aquella, que nos permitió estar, muy pero muy cerca, en la llegada del Santo Padre, en el sector del Cristo del Camino, en aquel memorable 7 de abril de 1987. Quizás (o sin él), el acontecimiento más grande del que hicimos cobertura periodística en los 55 años que llevamos junto a la actividad.

Pero era otro el motivo de estos párrafos.

Queríamos ocuparnos, brevemente, de un acontecimiento paralelo, cumplido por aquel momento.

El 3 de abril de 1987 cumplió sus bodas de oro la parroquia Santa Teresita del Niño Jesús, aquella que tuvo su asiento inicial en la capilla del Colegio La Inmaculada, en Berutti al 300, y que se instaló –tras el denodado esfuerzo del entrañable padre Juan Mesquida y toda la feligresía- en 1956, bien es cierto que su bendición está registrada en noviembre de 1957.

La parroquia, ya por entonces desde mucho antes conducida por el padre Jorge (Koenig), celebró ese hecvo singular, preparándose para la venida del Papas, con ejercicios espirituales llevados adelante los días 24, 25 y 26 de marzo, bajo el lema de “año de la Evangelización de mi vecino”.

La misa de las bodas de oro se ofició el 23 de abril, presidida por monseñor Mayer.

Hubo tardes de espiritualidad; semana de plegarias por las instituciones de la parroquia; rezo del Santo Rosario en los hogares; y confección de prendas de vestir para carenciados, por Cáritas.

También hubo concursos de catecismo; y de manchas; semblanza de Santa Teresita; competencias deportivas y paseos.

El programa incluyó reuniones quincenales para hombres; encuentro mensual para matrimonios; cursillos bíblicos; boletín mensual; termas de actualidad; y una reseña histórica de la parroquia.

El “esparcimiento” contempló un almuerzo de las bodas de oro (el 3 de mayo); almuerzos en encuentros mensuales de recreación; encuentros corales; conciertos musicales; clases de repostería; y juegos de salón y competencias.

Algo así, podría decirse, en muchos aspectos, como volver a aquellos recordados años ’40 y ’50, del siglo que se fue.

Pasó otro cuarto de siglo, desde aquel 1987. Y la vieja parroquia en la que crecimos en la fe y en cuyas filas militamos, bien o no tanto, llega a los 75 años de vida.

Seguramente, a través de todo este 2012, la comunidad, imbuida de aquel mismo espíritu que la animó en toda su historia, ahora de la mano del padre Roberto (Buckle), revivirá ese sentimiento que la hizo imborrable para todos. Allí estaremos, porque desde más de siete décadas atrás ha sido y es nuestra parroquia.

Luis María Serralunga

FOTOS

El padre Juan Mesquida, primer párroco e impulsor del nuevo templo de Santa Teresita. 

La bendición de la piedra basal de la iglesia de Villarino 460.