LA CIUDAD Y UNA POSTAL DEL CAOS
“Antes
de comenzar la multitudinaria movilización del día del hoy (por este viernes
8, Día de la Mujer )
en donde aproximadamente 4000 personas marchamos por las calles de la ciudad,
se decidió, con votación a mano alzada, en concordancia con los demás gremios
estatales presentes: continuar el no inicio el día lunes (por el 11),
desarrollando actividades de difusión en la Plaza Rivadavia16, a
asamblea para evaluar el ofrecimiento del gobierno en la sede sindical de Las Heras
361” .
Así,
poco más o menos, sin ningún nivel académico
por cierto (¿es docente quien redacta los comunicados?), algo que hemos
intentado minimizar, se expresaba el gremio (uno de ellos al menos) de los
maestros de la ciudad.
Ignoramos
la hora de despacho del informe; y para nada negamos la autenticidad del
reclamo sindical, pugnando por una mejor decisión del gobierno provincial
respecto de un año lectivo todavía en mera intención declamatoria (no importa
empezar más temprano el calendario sino cumplirlo como corresponde). Es todo lo
contrario, pero todo debe tener un límite. ¡Se verá cuál!.
Lo
cierto, y a eso íbamos, es que el microcentro de Bahía Blanca era un verdadero caos, cercano ya el mediodía de
este viernes (8).
A
favor de embotellamientos, bocinazos destemplados, y nervios crispados, por
donde se quisiere, estaba ese infaltable y casi grosero CUIM, con su gente,
entorpeciendo aún más la de por sí conflictiva realidad del tránsito lugareño.
Como
de costumbre, propiciando algún corte (como el de la primera cuadra de la calle
Las Heras; o alguna otra nimiedad en contra del público, de la que por supuesto
nadie se hace cargo.
Los
teóricos del multifacético ¿organismo? Municipal,
no acertaron, como es habitual, en dar con la manera más sencilla de no hacer más
difícil aún aquello que, de por sí, ya lo es.
Mientras
tanto, holgadamente, inspectores que ahora andan poco menos que “en patota”,
por otros lugares, seguían gozando, imperturbables o indiferentes, de un casi
mediodía que, de otra manera, hubiera sido ligeramente apacible, cuanto menos.
Eso
es Bahía, cuyo intendente interino se ocupa –no importa dónde ni cuándo- en hacerse notar
adhiriendo a vaya a saber qué actitud de la presidenta la Nación y un “liderazgo” a
contramano de todo.
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