SE CELEBRA LA FESTIVIDAD DE PENTECOSTÉS
En
aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos:
"Si
ustedes me aman, cumplirán mis mandamientos.
Y
yo rogaré al Padre, y él les dará otro Paráclito para que esté siempre con
ustedes:
Jesús
le respondió: "El que me ama será fiel a mi palabra, y mi Padre lo amará;
iremos a él y habitaremos en él.
El
que no me ama no es fiel a mis palabras. La palabra que ustedes oyeron no es
mía, sino del Padre que me envió.
Yo
les digo estas cosas mientras permanezco con ustedes.
Pero
el Paráclito, el Espíritu Santo, que el Padre enviará en mi Nombre, les
enseñará todo y les recordará lo que les he dicho.»
Comentario
del Evangelio por: San Agustín (354-430), obispo de Hipona (África del Norte),
doctor de la Iglesia, Sermón 155; PL 38, 843-844
El
pueblo judío celebraba la Pascua, vosotros lo sabéis bien, con la inmolación de
un cordero que comían con panes ácimos. Esta inmolación del cordero prefiguraba
la inmolación de Cristo Jesús y los panes ácimos la vida nueva purificada de la
antigua levadura.... Y cincuenta días después de Pascua, este pueblo celebraba
el momento en que Dios daba en el Sinaí la Ley escrita de su puño y letra. A la
figura de la Pascua sucede la Pascua en plenitud; Jesucristo es inmolado y nos
hace pasar de muerte a vida. La palabra Pascua, en efecto, significa
“paso”...
Cincuenta
días más tarde, el Espíritu Santo, el “dedo de Dios” (Lc 11,20) desciende sobre
los discípulos. Atended a las diferencias en comparación con lo sucedido en el
monte Sinaí: Allí, el pueblo se mantenía a distancia a causa del temor que lo
invadía... Al contrario, cuando el Espíritu Santo descendió sobre la tierra,
los discípulos estaban todos juntos en el mismo lugar, y el Espíritu Santo, lejos
de espantarlos desde lo alto de una montaña, entra en la casa donde estaban
reunidos...
“Vieron
como lenguas de fuego que se posaron sobre cada uno de ellos.” ¿Era un fuego
que infundía, desde lejos, el espanto? De ninguna manera. Estas lenguas de
fuego se posaron sobre cada uno de ellos y comenzaron a hablar en lenguas,
según el Espíritu les daba de expresarse. ¡Escuchad la lengua que habla y
comprended el Espíritu que escribe, no sobre tablas de piedra, sino en los
corazone! (cf 2Cor 3,3). Así pues, la ley del Espíritu de vida, escrita en el
corazón y no sobre piedra, la ley de Espíritu de vida, digo, está en Jesucristo
en quien la Pascua ha sido celebrada con toda verdad.
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