B Y B: UNA BURLA MÁS…
La renuncia, a destiempo, de
Cristian Breitenstein, a un cargo que nunca asumió, le pone aparente final a
una nueva burla al electorado de la ciudad. ¿Es que acaso deberá permitirse que
estas cosas sigan ocurriendo?.
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Cristian Breitenstein: a destiempo, renunció a un cargo que no juró. |
Vamos a introducirnos, por si
acaso, en el tema político de la ciudad, con una referencia que puede antojarse
equivocada, pero que no lo es tanto.
El sitio del “gobierno
abierto” de Bahía Blanca ha citado, el pasado miércoles (27), una información a
simple vista intrascendente.
Cita que “el intendente
Gustavo Bevilacqua mantuvo una reunión en horas de la mañana (por el 27) con el
concejal del Frente Amplio Progresista, Manuel Mendoza. En la oportunidad, el
edil expuso al jefe comunal consideraciones sobre distintos temas relacionados
con la situación educativa en Bahía Blanca y explicó su proyecto para que se
considere la reapertura de la
Dirección de Educación en el ámbito municipal”.
Hasta aquí, la escueta
referencia oficial a una reunión en el despacho que ocupa interinamente el
político de Médanos, trasplantado al corazón de la “bahía que besa el mar”,
según un slogan de vieja data que nunca
ha tenido vigencia en la realidad de los hechos.
Las crónicas cotidianas suelen
ocuparse, no pocas veces, de las duras críticas del concejal Mendoza al
gobierno comunal. ¿Cómo es entonces, eso del amigable encuentro en Alsina 65?,
no estaría de más preguntarse. Y ojo, nada de hablar de una convivencia de alto
espíritu democrático, porque se sabe que esos consensos, siempre, son en contra
del hombre común de la calle, aún considerando que esa definición no se ajuste
a la realidad, porque no hay “hombres comunes de la calle”, sino ciudadanos y
ciudadanas, parafraseando a ese dicho habitual del “todos y todas”, que hizo
lugar común la presidenta Cristina Fernández de Kirchner.
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El todavía intendente interino, Gustavo Bevilacqua, reunido con el edil Manuel Mendoza (Frente Amplio y Progresista). |
En el recinto (y sobre todo en
los comunicados), se dice una cosa. En lo real, se hace otra. Y esto no es
patrimonio exclusivo del edil mencionado. Caso contrario, ¿no sería bueno
recordar como así el devenir parlamentario de dos años a esta parte?. A buen
entendedor, pocas palabras bastan.
Pero es una obviedad que la
visita de Mendoza a Bevilacqua no era (no lo es) el tema de la semana.
No por ya conocida la
situación dejó de ser noticia, este jueves (28), la presentación de la renuncia
de Cristian Breitenstein al cargo de intendente de la ciudad, para el que fuera
elegido (re en rigor) en octubre del 2011.
Mucho antes que sucediera su
pedido de licencia (sin jurar nuevamente el cargo, porque es una cuestión de
uso y costumbres y no una norma), se sabía en el ambiente, aunque se lo negara,
que CB no iba a asumir el nuevo mandato.
La hipocresía que campea, como
mal ejemplo, desde el ámbito político hizo que, no obstante, el reelecto
obtuviera el aval del HCD para tomarse nada más y nada menos que dos años de
licencia (¿para asumir un cargo de mayor responsabilidad, acaso?) y tomara la
función quien (más allá de ser el primero de una lista) no había sido electo
para ejercer la titularidad del ejecutivo en Alsina 65. No, al menos, para el
electorado en su conjunto, que le dio su respaldo por algo más que el 44 por
ciento de los sufragios.
A partir de entonces, en medio
de no pocas idas y venidas que apuntaban a justificar una estafa a la voluntad
popular, pasaron los meses hasta totalizar casi dos calendarios.
Consumada esa actitud,
cualquier postura hubiera sido digna de ser entendida (o comprendida, para
hablar con mayor propiedad) si antes del pasado 27 de octubre de 2013, el Lord
Mayor en ausencia hubiera presentado su dimisión, facilitando así la elección,
por el voto de la gente, para el restante período de dos años de gobierno,
hasta el 2015.
Está claro que no fue así
(nunca se pensó que el Frente para la Victoria local pusiera en riesgo la titularidad
del gobierno, sometiéndola a una eventual y reglamentaria nominación del
reemplazante de Breitenstein.
Menudearon, eso sí y cada
tanto, aquellas expresiones (de la boca para afuera) del interino, diciendo que
estaría en el lugar que le correspondiere, según el devenir de los hechos.
Llegó así el día de la nueva
burla, hace pocas horas, con la presentación de la carta de CD concebida en
estos términos:
“Bahía Blanca, 27 de noviembre
de 2013.
Sr. Presidente
Honorable Concejo Deliberante
Bahía Blanca
Dn. Carlos Moreno Salas
De mi mayor
consideración,
Tengo el agrado de dirigir a
usted la presente y, por su intermedio, al resto de los integrantes del
Honorable Cuerpo a los efectos de elevarle la presentación de mi renuncia al
cargo de intendente de la ciudad.
Motivan la presente razones
estrictamente personales y razones funcionales vinculadas a mi responsabilidad
como ministro de la
Producción , Ciencia y Tecnología de la provincia de Buenos
Aires.
En tal sentido, luego de haber
pasado largos años en la intendencia, deseo agradecer en primer lugar a mi
familia, por su apoyo y eje sobre el cual he fortalecido la toma de esta
decisión; a los ciudadanos de Bahía Blanca por su motivación en los aciertos y
paciencia en los errores; al Partido Justicialista por el cual he sido electo y
a sus referentes principales por su acompañamiento; al resto de los partidos
políticos por sus aportes constructivos; a la presidenta de la Nación , Cristina Fernández
de Kirchner, al ex presidente Néstor Kirchner y al gobernador Daniel Scioli,
por haber recibido permanentemente su apoyo exteriorizado en obras
significativas para la ciudad; a mi bloque de concejales que me acompañó con
lealtad; a las instituciones intermedias de la ciudad: sindicatos, empresas,
clubes, sociedades de fomento, iglesias, por ser los destinatarios y participes
de la gestión llevada adelante; a los medios de comunicación social que con sus
inquietudes, observaciones, estímulos y críticas ayudaron a construir
ciudadanía.
Es mi intención asimismo
expresar mis deseos de éxito al doctor Gustavo Bevilacqua en la continuidad de
la gestión interina y ponerme a su disposición, así como al resto de las
instituciones y ciudadanía para seguir colaborando en la construcción de un
modelo de ciudad integradora, inclusiva y pujante.
Sin más, aprovecho la
oportunidad para saludar a usted con el afecto de siempre, felicitándolo por su
tarea como presidente de ese Honorable Cuerpo en esta etapa y agradeciéndole el
acompañamiento recibido”.
Si el texto tiene o no
desperdicio poco importa a esta altura. Se sabe que el HCD recién considerará
el caso en su sesión de la semana venidera. Casi podría decirse, sin mayor
temor a equívocos, que tampoco importa demasiado.
Dos años pasaron y nada nuevo
hay bajo el sol, que no se estimara como hecho casi resuelto, más tarde o más
temprano, desde mucho ante de octubre 2011. Sólo, eso sí, que ahora, el segundo
tiempo de la burla está jugado.
Como no podía ser de otra manera,
claro está, empezaron a conocerse opiniones sobre el tema, sin que eso
modifique mayormente el cuadro de situación. Habrá, sí, un intendente que
pasará a ser titular (dejando el interinato), aunque la gente no lo haya votado
para eso.
Una declaración fue hecha por
el titular del Gen Bahía Blanca, Carlos Fabaro, quien dijo en “Frente a Cano”
que se trató de una “estafa a la voluntad popular de los bahienses” que “contó
con un apoyo social importante de las gremiales empresarias”.
Fabaro recordó también que
cuando hace dos años el intendente electo resolvió no asumir su cargo para irse
al gabinete provincial, las principales entidades empresarias de la ciudad lo
respaldaron y manifestó que (los bahienses) “no nos tenemos que acostumbrar a
que nos parezca normal lo que no lo es”. Y apuntó: “debemos recuperar los
valores que tenía la ciudad”.
No podía faltar alguna
manifestación de (Manuel) Mendoza. El concejal del Frente Amplio
Progresista titulando su comunicado con
un “se consumó la estafa: Breitenstein renunció”, sostuvo que la renuncia demuestra la siempre presente intención de estafar a los bahienses que tuvo. “Debió renunciar al mismo momento que decidió no asumir
nunca la intendencia de Bahía Blanca dándole la espalda a la gente”, explicó.
“Le mintió a la ciudad cuando
fue candidato sabiendo que no iba a asumir como intendente; le mintió a los
bahienses cuando pidió la licencia sabiendo perfectamente que no iba a
asumir nunca más; por lo tanto la renuncia de Breitenstein solamente es la
consumación formal de la mayor estafa política que ha sufrido Bahía Blanca. Y
nos sigue mintiendo cuando renuncia con excusas sin dar explicaciones de todos
los hechos oscuros que pesan sobre su administración”, añadió.
“Acá, hubo una especulación no
sólo de Breitenstein sino de todo el FpV; la renuncia se hace hoy porque de
esta manera le impiden a la ciudad la posibilidad de poder elegir un nuevo
intendente. Todo lo demás son excusas. Termina un periodo donde aún queda mucho
por saber y aclarar”, afirmó Mendoza.
Desde Donado 354 (que hubo un
plenario hace pocas horas), Raúl Aníbal Martín, presidente del comité de
distrito, se expresó bajo el título “rúbrica de la mentira”.
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Val, Martín y González en la cabecera. |
Citó que “tal como lo había
expresado en el día de ayer, lo realizado por el ahora ex intendente, doctor
Cristian Breitenstein, no fue ni más ni menos que la rúbrica a la mentira a
todos los bahienses, mentira que comenzó con su postulación a intendente
municipal, cargo por el cual fue elegido
por el voto de la ciudadanía y que jamás ocupó”.
Consignó igualmente que
“siento que esta renuncia no sorprendió a nadie, ni a propios ni a ajenos y es
ahí en donde debemos hacer hincapié, sino estas acciones de ‘estafas
encubiertas’ pasarán a ser normales y no lo debemos permitir. Porque como
sociedad debemos construir sobre las bases de la confianza, el trabajo en
conjunto y la transparencia, y esta acción dista mucho de lo anterior
mencionado”.
Expresó finalmente Martín:
“los dirigentes debemos cumplir con el mandato que nos da la gente, sin
especulaciones previas y dando la cara; debemos ser inteligentes y dar el
ejemplo porque somos la representación de muchas voces; este paso al costado
del doctor Breitenstein es extemporáneo al menos; esta renuncia pública la
debería haber realizado el mismo día que le ofrecieron ser candidato a
intendente municipal de Bahía blanca”.
Hay algo para reconocer: la
cintura política de Dámaso Larruburu, para ir eslabonando toda una cadena de
hechos que arrancó allá por el 2003, con la destitución de Rodolfo Lopes y su
reemplazo por (Cristian) Breitenstein y que ha tenido, hace poco más de un mes,
otra instancia digna de ser tenida en cuenta. Que fuera mentor (cualesquiera
sean las interpretaciones que quieran hacerse) de dos listas contrapuestas pero
de similar origen en las parlamentarias lugares. Una, la del Frente Renovador
(Julián Lemos a la cabeza); y otra, la del FpV (liderada por Matías Italiano),
aunque esta última no tuviera siquiera el respaldo manifiesto del intendente
interino.
¿Qué podría agregarse a toda
esta historia de dos años mintiéndole a la gente?. Muy poco; o quizás mucho,
aunque parezca un contrasentido. El interino que será titular desde el 10 de
diciembre (en el ejecutivo de la ciudad) ha dicho que la nueva instancia no
cambiará al rumbo. Está por demás claro que, bajo el rótulo que se quiera, todo
seguirá siendo más de lo mismo. Transparencia que le dicen, porque, al fin de
cuentas, el jefe político -antes, ahora y después- tiene nombre y apellido
demasiado conocido por todos (y todas).
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