"EL GOBIERNO DEBERÍA TOMAR NOTA: QUE TE HAYAN VOTADO NO SIGNIFICA QUE TE APOYEN"

Hoy la Argentina está en grave estado. En todos los planos. El arribismo y el paracaidismo en sólo dos años, con previo turismo por los canales de televisión, hablando sobre una ideología woke, por lo tanto extremista y distópica, llamada libertarismo, dio lugar a quien hoy ocupa el sillón de Rivadavia.

Nuestra democracia y especialmente, nuestro sistema electoral, está en decadencia. Las plataformas electorales tienen nula importancia y sirven de decoración jurídica al presentarse a elecciones. Nada se cumple una vez asumido el poder, o mejor dicho, se hace todo lo contrario.

¿Ya nos dimos cuenta?, la motosierra era para el pueblo, no para "la casta".

El sistema electoral tiene un grave problema, primero la falta de involucramiento de la población general en los temas de agenda pública.

Ni siquiera el pueblo consume las noticias básicas del día. Algún que otro Whatsapp llega por alguna cadena, no mucho más.

La falta de conocimiento en los temas públicos elementales es atroz, y sin embargo, esos ciudadanos ajenos a la vida pública, votan cada dos y cuatro años, lo que es caldo de cultivo para que, precisamente, cualquiera, ocupe el sillón de Rivadavia.

Las causas de estos votos son varias, el fraude electoral, donde dicho fraude no sólo ocurre con el robo de boletas o contando las que no se debe contar, también está el voto bronca, el voto castigo, el voto bolsillo o heladera, el voto por votar, porque es obligación, etc. Estos últimos también constituyen un tipo de fraude, porque son la ley del menor esfuerzo, un voto desde la tribuna, un voto espectador y falto de compromiso. Ello es un fraude al deber y la vocación cívica.

La crisis política, social y económica es gravísima en la Argentina, y por sobre todo, las interpretaciones que se hacen de éstas crisis en los medios, con un sesgo de poder hacia la izquierda o hacia la derecha, también son graves, pues aquí, la manipulación no tiene fin.

El discurso oficial, es muy similar al del pasado gobierno progresista, si, de peronista tiene muy poco el gobierno anterior. El actual discurso es muy similar ya que hace alharaca del extremismo. Ahora ese extremismo es el Estado como ente demoníaco a destruir.

Claro, toda la riqueza contenida en el Estado, pasa a manos privadas. La maldad tiene un sentido, despojar de los resortes jurídico-políticos al país. El Estado, si es que queda algo de él, es para corroborar, firmar, sellar y archivar, todo lo que tenga que ver con la ideología extremista y woke que es el libertarismo, otra y una nueva cara del neoliberalismo de los 90.

Sólo una persona con sumo desconocimiento de los conceptos cívicos y políticos básicos puede admitir semejante asesinato a la Argentina, bajo pretextos de un gasto despilfarrador, que aún existiendo, no mueve el amperímetro del producto bruto interno. Gastar menos en celulares en la administración pública estaría bien, pero es sólo un chisme para la señora de la casa, para poder justificar la privatización de las pocas joyas de la abuela que quedan, bajo una promesa de un mejor futuro, que no llega y nunca llegará.

El gobierno debería tomar nota. En la Argentina de hoy, que te hayan votado, no es un cheque en blanco y mucho menos significa que te apoyen.

La verdadera libertad es la toma de consciencia.

Ariel Valloud, Labor Peronista.

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