PROFUNDO DOLOR EN LA COMUNIDAD UNIVERSITARIA POR EL FALLECIMIENTO DEL MAGISTER EDGARDO FERNÁNDEZ STACCO
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Edgardo Fernández Stacco |
Vinculado a la UNS desde su fundación, Edgardo fue durante casi siete décadas un ejemplo de trabajo, militancia, coherencia y compromiso para varias generaciones de universitarios. Será velado en Bonacorsi desde las 18 hasta las 9:30 de este martes.
Dejó de existir
este lunes (5) el magister Edgardo Fernández Stacco, profesor jubilado del
Departamento de Matemática que fue parte de la historia de la UNS desde antes
de su fundación.
Nació el 4 de
julio de 1935, hijo de padre ferroviario y madre maestra rural, terminó sus
estudios primarios en Médanos y luego en el Colegio Don Bosco y en la Escuela
de Comercio.
Ingresó a
Ingeniería Eléctrica en 1953 en el Instituto Tecnológico del Sur, y en 1957 se
cambió a la Licenciatura en Matemática de la flamante Universidad Nacional del
Sur para terminar sus estudios en 1960.
Militó en el
Centro de Estudiantes de Química e Ingeniería, en el que ocupó diversos cargos
hasta obtener la presidencia de la Federación Universitaria del Sur en 1959.
Entre 1957 y 1958
fue secretario de la Asamblea Universitaria que redactó el primer estatuto de
la UNS. Como graduado fundó el Centro de Egresados Reformistas de la UNS.
Su actividad
docente comenzó como ayudante alumno de Física I en 1956, y de Análisis
Matemático III hasta 1960. Ya graduado el cargo de jefe de Trabajos Prácticos
en Análisis Matemático I y en Funciones Analíticas.
En 1965 estuvo
becado en el Departamento de Matemática de la Universidad de Varsovia y a su
regreso ocupó el cargo de profesor adjunto hasta 1974. También ocupó cátedras
en el Instituto Universitario de Trelew, dependiente de la UNS.
Entre 1973 y 1974
ocupó el cargo de secretario académico y director del Departamento de
Matemática hasta que fue dejado cesante por el interventor Remus Tetu junto a
colegas como Antonio Monteiro y Darío Picco.
Al poco tiempo
debió exiliarse amenazado de muerte por la persecución a militantes
universitarios que inició el gobierno de Isabel Perón. Partió a Venezuela,
donde colaboró con la creación del Departamento de Matemática de la Universidad
de Mérida. Allí se desempeñó como profesor en diversos cursos de su
especialidad y en la organización de la Biblioteca de Matemáticas. Además,
formó parte de la Asociación de Solidaridad Venezolana con el pueblo argentino,
que asistía a los exiliados y buscaba visibilizar los crímenes cometidos por la
dictadura cívico-militar.
Regresado al país
trabajó en la Universidad del Comahue donde actuó como director del
Departamento de Matemática en la Facultad de Economía y Administración, y se
reincorporó a la UNS en 1986, donde se desempeñó como profesor asociado con
dedicación exclusiva hasta su jubilación.
En la etapa
democrática fundó, junto con otros colegas, la lista Integración; ocupó cargos
de gestión en el Departamento de Matemática y la Asamblea Universitaria. Fue
integrante de la comisión directiva de la Asociación de Docentes de la UNS y
secretario general de la misma entre 1987 y su jubilación en 2002.
Entre sus
aficiones contaban coleccionar boletos de colectivo tanto como dedicarse a
investigar la historia de la Matemática en la Argentina a través de las
biografías de los matemáticos más destacados. Colaboró con la Casa de la
Amistad Argentino-Cubana, y junto a otros docentes producía y conducía en Radio
Universidad “Con M de Memoria”.
Además de su
trayectoria académica, Edgardo fue un reconocido militante político y social, y
su coherencia y compromiso le valieron el reconocimiento de varias generaciones
de universitarios. Siempre sostuvo sus posiciones ideológicas con tanto fervor
como amplitud, ya que era una persona abierta al diálogo con todos, a quienes
trataba con una amabilidad sólo igualada por su gran sentido del humor.
Su amor por la
universidad dejó como testigo su libro “Abandono a la contemplación: una
historia para la UNS”, publicado en 2009, donde mira críticamente y narra
con minuciosidad una historia de la universidad y el contexto sociopolítico que
la envolvió desde su origen y la atravesó durante estas siete décadas.
Nota del editor
Un excelente recordatorio de la Dirección de Comunicación Institucional de la Universidad Nacional del Sur nos ha permitido tener acceso a la semblanza sobre Edgardo Fernández Stacco, quien falleció hoy, a los 87 años.
Decimos esto porque enterados, un poco tardíamente, de la triste novedad de su deceso, alcanzamos a tener, como una ráfaga, imágenes de los primeros tiempos en la redacción general del viejo diario de la ciudad, tras los primeros 5 años dedicados a la crónica deportiva en el matutino.
Estuvimos, hasta asumir una jefatura, acreditados para cubrir la actividad de la UNS, en el lustro inicial de los años ’60.
Allí tratamos a Edgardo, cotidianamente, siguiendo su enfervorizada gestión como dirigente de la Federación Universitaria del Sur, y en las distintas alternativas de la vida universitaria, esencialmente en la Asamblea de aquellos tiempos.
El frecuente contacto (aunque algunas crónicas no fueran de su agrado) generó una afinidad estrechamente ligada a las costumbres de la época, seis décadas atrás. Es que Fernández Stacco, combativo por cierto, fue respetuoso y se prestó, asiduamente, al diálogo sobre las variantes del quehacer la UNS.
Supimos de los vericuetos por los cuales anduvo (exiliado incluso), fiel siempre a su posición ideológica, como lo manifiesta la evocación que transcribimos.
A Edgardo, más allá de su itinerario como estudiante primero y como graduado después, lo seguimos en su carrera deportiva, porque fue un excelente jugador de softbol –era short stop, posición más adecuada a su contextura física en el equipo de Los Indios, que supo hacer época en aquellos años.
Siempre hay un motivo, para tornar a lejanos momentos de una extensísima carrera de periodista, que superó ya los 65 años. El de hoy es un recuerdo que entristece, por cierto…
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