EL ABUELO ERNESTO: A 20 AÑOS DE SU VIAJE AL CIELO…

 

La abuela Panchita, Eduardo
y  el abuelo Ernesto

Era domingo, de sol pero de intensísimo frío.

A la hora 13, poco más o menos, el abuelo Ernesto, mi papá, se iba al cielo, que tenía prometido,  para reencontrarse con Panchita, mi mamá; y con Teresita y María Inés, la mayor y la menor de mis hermanas. 

También, con el  ”nono” José (1956); y con la “nona” Ermelinda (1941), sus papás.

Era domingo (30), en el 2002. Es decir, unos 40 días antes de llegar a sus 98 años.

Había estado yo, hasta pasado el mediodía, acompañándolo, en el Hospital Municipal, circunstancia esa que no olvido, aunque pasen los años, porque en esos momentos me pidió  que no lo dejara solo.

Rara paradoja, aquella, sabiendo claramente que a él nunca le gustó mi “carrera”, emprendida muy joven, la de ser periodista; y, mucho menos, la exposición pública que demandó mi profesión; y el haber transitado los vericuetos de ser funcionario público, en más de una ocasión.

Pero así fueron las cosas... 

Extrañamente, fui tempranamente dirigente de la Acción Católica (él había sido presidente arquidiocesano de la ACA, el principal movimiento de la Iglesia); estuve muy vinculado al club Barracas Central (él había oficiado por muchos años como secretario de esa entidad del barrio); y fui brevemente empleado de Aguas Corrientes (uno de sus primeros trabajos, bastante antes de llegar a ser uno de los principales funcionarios no docentes -jefe de Suministros- del Instituto Tecnológico del Sur y, después, de la Universidad Nacional del Sur hasta su jubilación en 1961). Hechos que bien podían rotularse como contrasentidos.

El abuelo Ernesto, mi papá, fue lector y ministro de la Eucaristía, por muchísimos años, en la querida parroquia Santa Teresita del Niño Jesús. 

Era devoto, a ultranza, de María Auxiliadora y de la Virgen de la Merced, patrona de la ciudad. Era muy conocida su amistad con monseñor Jorge Mayer, arzobispo, con quien colaboró, mucho, en las tareas administrativas de la Curia Eclesiástica.

Esencialmente  fue, junto a la abuela Panchita (con ella y con Eduardo aparece en la foto), tronco de una numerosa familia, a la que dedicó los esfuerzos de su vida ejemplar.

Comentarios

Entradas populares de este blog

LA COMUNIDAD ECLESIAL PORTEÑA, EN ORACIÓN POR SU NUEVO PASTOR

EL MINISTERIO DE MUJERES, POLÍTICAS DE GÉNERO Y DIVERSIDAD SEXUAL DE LA PROVINCIA VISITÓ BENITO JUÁREZ Y BAHIA BLANCA

MONSEÑOR JORGE IGNACIO GARCIA CUERVA, NUEVO ARZOBISPO DE BUENOS AIRES