TRÁNSITO Y ESTACIONAMIENTO: ALGO MUY MAL ENTENDIDO
Tomamos, como referencia, un
apartado de la gacetilla oficial del pasado viernes (7), difundida, como todos
los días, por la Dirección
de Prensa de la municipalidad. Ya con
anterioridad, se habían comunicado esos detalles, con la mejor buena voluntad
de ilustrar a la población respecto de nuevas normas (siempre hay más, aunque
sirvan para empeorar aquello poco que pueda estar bien).
Escuetamente, decía el informe
de ese día (víspera de la puesta en vigencia de una disposición que tiene que
ver con el tránsito y el estacionamiento en calles de la ciudad):
“Prohibición de estacionar en
Güemes-Saavedra entre Gorriti y Villarino. En el marco del programa de
movilidad sostenible, primera etapa,
para el micro centro de Bahía Blanca (creado por ordenanza número
16873), a partir de las 00:00 de mañana
(por el sábado 8) comenzará a regir la prohibición de estacionar en el eje
Güemes-Saavedra, entre Gorriti y Villarino del sentido izquierdo de
circulación. La medida se extenderá entre las 8 y las 20” .
Hasta allí, nada del otro
mundo (porque las normas, aquí, parecer “serlo”, frecuentemente).
Ocurre que, en la práctica, el
primer día hábil -entendiendo por ello las jornadas en las que hay clase y no
sábados y domingos, cuando la cosa es completamente distinta, por obvias
razones- la distorsión entre lo apuntado y lo real fue demasiada.
No puede negarse el grado de
buena voluntad puesto de manifiesto respecto del control de cumplimiento,
cuando lo determinado debía empezar a cumplirse.
Sin embargo, y pese a los
cuantiosos “dinerillos” que, según se dice a menudo, se “invierten” o “se
malgastan” en publicidad municipal, nadie entendió nada.
Bastó tener que acudir al
sector normalmente más conflictuado del estacionamiento (en cercanías del
Colegio Don Bosco, para ser más precisos), a la hora de salida del alumnado,
todo estuvo muy lejos de lo ideal. Es más, alguna agente de la Guardia Urbana , en
actitud más contemplativa que la
habitual prepotencia adjudicable al CUIM, trató de minimizar las
trasgresiones, con cierta tolerancia, por la falta de costumbre de la gente,
quizás, en eso de “cumplir” reglas.
A propósito, porque alguna
relación tiene con el tema “global”, en el que pocas veces se acierta para
mejorar: ¿podría alguien explicar a qué se debe la prohibición de estacionar
en, por caso, la calle Almafuerte, a la altura del 700/800?. Porque hay una
sucursal bancaria, sí, que podría contemplar, si cabe, algún espacio
restringido para los molestos “recaudadores de caudales”. Pero, lo demás, ¿a
qué interés responde?, como no sea el de estar en contra de ciertos hábitos, ya
que no se trata de los polémicos micro y macro centros. ¿Afán de infraccionar y
cobrar multas elevadas?.
Algo más: hay muchos sectores
conflictivos, que se acrecientan cuando hay clases y es horario de entrada y
salidas de los establecimientos de enseñanza. Uno, tomado al azar, es el de las
calles Lamadrid y Alvarado. ¿Algún inspector o como se le llame, de la GUM , no podría darse una
vuelta por allí?, de vez en cuando, al menos para ir corrigiendo un poco la
cosa?. Sobre todo, tipo pasado el mediodía, los embotellamientos de Yrigoyen,
cuando hace esquina con Lamadrid y Alvarado.
Para el cierre: como si todo
lo demás fuera poco, hay un pequeñísimo detalle para apuntar: los “bolú” que,
con vehículos por lo general “ostentosos”, andan por el centro de la vía de
circulación, “de paseo; tratando de resolver para dónde van a ir; haciendo caso
omiso de los guiños que vienen con todo tipo de automóvil; cruzándose de
derecha a izquierda sin poner señales o, si mal no viene la cosa, pretendiendo
que todos esperen, porque ellos tienen autos de privilegio”.
Si todas estas “postales
urbanas”, expuestas sólo en beneficio de una mejor convivencia, no sirven de
“alerta”, no cabe duda que “estamos al horno”.
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