CRISTINA: "SI MI ROL EN LA HISTORIA ES ABRIR EL DEBATE POR JUSTICIA DEMOCRÁTICA ESTOY DISPUESTA A AGUANTAR TODO”
Rosario, 20 de junio (Télam).-
La presidenta Cristina Fernández de Kirchner ratificó hoy su compromiso para
“democratizar a los tres poderes del Estado, no para este gobierno ni para el
que viene, sino para la historia”; afirmó que su rol "es haber abierto el
debate por una justicia democrática, legítima y mejor"; y remarcó que está
"dispuesta a aguantar todo lo que se venga encima".
Al encabezar el acto oficial
por el Día de la Bandera
en la ciudad de Rosario, Cristina llamó a lograr un Poder Judicial "que dé
verdadera seguridad porque no hay buena seguridad sin buena justicia".
“Quiero decirles a los 40
millones de argentinos que la carga es pesada y difícil, y sé también que me la
van a hacer todavía más difícil, porque cuando uno toca determinadas
corporaciones, determinados poderes, enseguida viene el vuelto”, señaló.
Además, citando un artículo
periodístico del diario Rosario/12, Cristina opinó que “ha aparecido en la República , contrariando
a todo el sistema constitucional, un derecho de veto que solamente la Constitución le
reconoce al Poder Ejecutivo y que hoy se ha trasladado al Poder Judicial, que
veta las leyes que hacen los legisladores”.
En ese sentido, ironizó: “en
el 2015 yo quiero ser jueza, la verdad es esa, ¿para qué presidenta?. Pero no
(jueza) de la Corte ,
apenas una jueza de primera instancia, para poder tener una lapicera, un papel,
una cautelar y firmar, y qué me importa lo que vota la gente y lo que votan los
senadores y diputados, si total tumbo todo”.
“Además, siendo juez no hacés
declaraciones juradas, no pagás el impuesto a las ganancias, no explicás cómo
vivís. Las ventajas son innumerables. A todos los que quieran ser candidatos a
algo les recomiendo que replanteen sus ambiciones por algo más cómodo, porque
además nadie te critica. Tenés que encontrar solamente un gil que sea presidente
para que junte la guita para pagarte los sueldos y que no pase lo que
pasó en 2001” ,
agregó.
En ese sentido, enfatizó: “no
importa que la carga sea pesada, si mi rol en la historia es haber abierto el
debate por una justicia democrática, legítima y mejor, estoy dispuesta a
aguantar todo lo que se me venga encima. No tengo miedo, ni temores, mi compromiso
es con la historia y fundamentalmente con la memoria de los que dieron su vida
por una patria mejor”.
Con respecto al Día de la Bandera , Cristina recordó
a su creador, Manuel Belgrano, y relató que el patriota “fue a veces ignorado
en aquellos tiempos, lo tachaban de loco; y él, que era un político que se hizo
militar, era incorrecto y afortunadamente decidió desobedecer las órdenes del
establishment de esa época y presentar batalla en Salta y Tucumán”.
“Si Belgrano viviera, si
estuviera aquí con nosotros, ¿con quién creen que estaría Belgrano, a quién
apoyaría ese hombre de la industria nacional, del comercio, de los pueblos
originarios? Hay que hacerse esa pregunta, y les puedo asegurar que no te equivocás”,
aseveró.
La presidenta estuvo
acompañada por miembros de su gabinete y por la intendenta rosarina, Mónica
Fein, y encabezó el acto central que comenzó pasado el mediodía y que tuvo
lugar en el Monumento a la
Bandera al cumplirse 193 años de la muerte del general
Belgrano.
De acuerdo a lo previsto, tras
la entonación del Himno Nacional se realizó una invocación religiosa a cargo
del arzobispo de Rosario, monseñor José Luis Mollaghan, y tras los discursos de
Fein y la presidenta se llevó a cabo un desfile cívico con la participación de
agrupaciones gauchas.
Nota del editor
¿Día de la Bandera ?. A no ser por el
imponente monumento que es homenaje a la enseña patria, la conmemoración, en
Rosario, daría lugar a no pocas dudas.
Esencialmente, porque todo se
pareció más a algo político (con la recurrente crítica presidencial a quienes
no piensan como ella) que a una evocación atinada, como se corresponde a la
figura de Manuel Belgrano.
Además, por si faltara algo:
el Himno Nacional es, en sí mismo, demasiado elocuente y bellísimo como para no
necesitar que se cambie la forma de ejecutarlo.
Mucho menos que quienes ocupan el centro del palco central, intenten “moverse”
al ritmo elegido para el acto. Y durante el himno, precisamente, “no se saluda”
(por si el protocolo oficial no lo tiene en cuenta).
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