OLIMPO, O LA COSTUMBRE DE NO JUGAR A NADA

El aurinegro empató -1 a 1- ante un equipo de suplentes de Rosario Central. Adrián Martínez y Lucas Acevedo los goles de un pobrísimo partido. Perazzo por dos fechas más. ¿Y después, qué?. ¡Alerta roja para el 2015!.






Fotos: Horacio Culaciatti, Télam.


LA SÍNTESIS DE UN FEO PARTIDO

Olimpo (1): Nereo Champagne; Juan Sills, Iván Furios, Néstor Moiraghi y Cristian Villanueva; Adrián Martínez, Jonathan Blanco, Leonardo Gil y Juan Manuel Olivares (72 minutos, Orlando Gaona Lugo); Mauricio Cuero (81 minutos, Diego Sosa)  y Joaquín Susvielles (58 minutos,  Miguel Angel Borja). Director técnico: Walter Perazzo


Rosario Central (1): Manuel García; Lucas Lazo, Lucas Acevedo, Aguirre ((45 minutos, Walter Montoya)    y Elías Gómez; Hernán Da Campo(65 minutos, Jesús Fared), Salazar (89 minutos, Tomás Berra)  Maximiliano González y Giovani Lo Celso; Antonio Medina y Javier Correa. Director técnico: Miguel Angel Russo.

Los goles: en el primer tiempo, a los 38 minutos, Adrián Martínez, para Olimpo; y en el segundo tiempo, a los 31 minutos, Lucas Acevedo, para Rosario Central.

Amonestados: Sills, de Olimpo; y García, Da Campo, Acevedo y Medina, de Rosario Central.

Arbitro: Diego Ceballos.

Estadio: Roberto Natalio Carminatti, de Olimpo.

Ocasión desperdiciada para sumar… y ¡toque de atención!.

Olimpo y Rosario Central repartieron puntos en Bahía Blanca, ha titulado, este sábado (22), la Agencia Télam de noticias, su crónica del partido jugado en el estadio Carminatti. No puede haber dudas respecto a eso. Cada uno de los protagonistas se “llevó” un punto.

Pero, de igual manera, fundamentalmente el aurinegro, perdió 2, de esos que su técnico actual (¿lo será acaso más adelante?) decía que había que ganar, sí o sí, “en casa”, para sumarle después alguna unidad afuera en las últimas fechas.

De todas maneras, seguirá exponiendo algo parecido: rescatar algo en el viaje a Mendoza (próximo compromiso, ante Godoy Cruz Antonio Tomba); y sumar 3 en la despedida (ante Defensa y Justicia, en Avenida Colón y Angel Brunel).

Desandando un poco el camino, cabría señalar que ni siquiera el más optimista (y negado por eso) de los seguidores hinchas olimpienses (la ’74 incluida), podía suponer una goleada, ante el los “novicios” de Central. Ni aún si se la “embocara” de salida, lo que de por sí sólo puede estimarse como utopía. Pocos equipos del oro y negro han sido tan poco eficaces como éste del segundo semestre 2014, frente al marco rival.

Aún así, con la tribuna que da espaldas a Angel Brunel casi despoblada al comenzar (después fue llegando gente), se “abrigaba”, pese al calor de la tarde, el optimismo por sumar “de a 3”, en el penúltimo cotejo de la temporada en el Carminatti.

Nada que ver. Si hubo que esperar que a los 38 de la primera fracción la “metiera” el “Chinito” (Adrián Martínez), devenido de zaguero por derecha en carrilero y quizás una de las pocas opciones de llegada, la perspectiva se alejaba del pronóstico más halagüeño.  

Así ocurrió, antes y después.

El bisoño elenco rosarino dominó totalmente la escena, casi podría señalarse que del principio hasta el final. Por suerte, en su 55 presencia consecutiva, estaba Nereo Champagne. Sin él, la cosa pudo ser peor que lo visto.

Se nos ocurre una acotación, que viene un poco a cuento. Se comenta que en las prácticas de “entre semana”, Perazzo para formaciones de 12 o 13 jugadores por cada una de ellas (¿…?). Ya en los partidos, sin esos “de más” (uno o dos, que para el caso es lo mismo), hay un verdadero desierto entre la línea de 4 defensiva (que no se cansa de sacar pelotas) y los inexpresivos delanteros, que no lo son, destinatarios de los “pelotazos” a cualquier lado de los de atrás.

En el mejor de los casos, si “pescan” la pelota, corren –al mejor estilo de velocista de pista atlética- hasta que les acaba la cancha o disparan, muy pocas veces, a cualquier parte.

Entiéndase bien: no negamos la voluntad del pampeano Joaquín Susvielles, que fue una y otra vez, buscando en soledad poder llegar con cierta posibilidad. Nada más, salvo las corridas de (Adrián) Martínez.

Ese vacío –generador, además, del “pum” para arriba y arréglate como puedas- fue ocupado por Central. Una vez, dos veces, todas las veces. Con “toques” de pelota que recuerdan dónde ha estado, desde siempre, el semillero del fútbol argentino.

Así las cosas, ¿podía alentarse algo mejor a lo expuesto?. Seguramente que no. Excepción hecha de los quites de Néstor Moiraghi; lo ya apuntado de Susvielles; y la seguridad de Champagne.

No podía extrañar, entonces, que yendo, una y otra vez, al final Lucas Acevedo lograra la igualdad a los 31 del complemento. Pudo ser peor. Vinieron, ellos, los visitantes, pensando en otra cosa: la final de la Copa Argentina, ante Huracán, el miércoles (26) y no mucho más, porque Miguel Angel Russo puso en cancha un equipo de suplentes de los suplentes.  


“Con este empate, Olimpo, que está penúltimo en la tabla, suma 15 puntos, mientras que Rosario Central tiene 18 en el campeonato que lidera River Plate con 33”, ha señalado Télam, agregando que “el encuentro fue entretenido y el empate fue justo, aunque Rosario Central, que jugó con suplentes porque afrontará el miércoles (26) en San Juan la final de la Copa Argentina ante Huracán, alineó un equipo alternativo y hasta estuvo muy cerca de quedarse con el triunfo”.

Ha puntualizado el comentario de la agencia que “Olimpo se vio sorprendido en gran parte del encuentro por un entusiasta equipo juvenil rosarino, que tuvo que remontar el marcador tras ir perdiendo desde los 38 del primer tiempo, cuando el mediocampista Martínez abrió el marcador con un remate preciso, tras aprovechar un despeje de cabeza del defensor Fernando Piñero”.

También, que “en el segundo tiempo el ‘canalla’ le jugó de igual a igual a Olimpo y tuvo varias situaciones para convertir, en especial cuando en una jugada espectacular el delantero Marcelo Correa, desde 25 metros, hizo una tijera y la pelota cayó sobre el arco de Nereo Champagne, que sin chances vio como el balón se estrelló en el palo derecho”.

“Pero a los 31 minutos la presión del equipo de (Miguel) Russo tuvo sus frutos cuando el delantero Acevedo aprovechó un quedo del arquero Champagne y con una ‘palomita’ marcó el merecido empate”, añadió.

Terminó indicando la agencia que “en la próxima fecha Olimpo visitará a Godoy Cruz, en Mendoza, mientras que Rosario Central recibirá a Racing en el ‘Gigante’ de Arroyito”.
“Mechar” conceptos de Télam en este comentario tiene el mero propósito de exponer cómo han visto la cosa desde otra óptica.

Lo nuestro no puede sino aludir al poco futuro que se avizora para Olimpo si lo presente no cambia. Tomado de la tribuna: “Cuero y Borja, juntos, no hacen uno”. Y como ese ejemplo, otros más. Uno, que hemos señalado como opìnión nuestra hasta el hartazgo, se refiere al escaso sentido de la oportunidad con la que Perazzo ha manejado la promoción de elementos más jóvenes (de la escasa cantera aurinegra o traídos con “visión de futuro”). ¿Habrá que citar, acaso, a Vidal, Vuletich, Lincopán, entre otros?. Si se les dio alguna oportunidad, fue muy reducida. Y alguno (Vidal) “haciendo banco” indefinidamente.

Es cierto, poco puede esperarse de lo que viene asomando. La tercera, no da pie con bola; la primera local navega entre mitad de tabla en un torneo sin expectativas. Sólo aparece, la “quinta de AFA”, que ganó la Copa Competencia de esta temporada.

¿Entonces?. Faltan dos partidos y el receso hasta febrero. Una ocasión propicia, antes que llegue la etapa de pretemporada, para resolver la continuidad (esperamos, sinceramente que no sea así) del técnico. Buscar, después, a alguno, menos teórico quizás (atributo que asignan al “Watergol”), pero que, esencialmente, sea motivante para el plantel, una virtud que precisamente no tiene el entrenador de los últimos ciclos.

Renglón siguiente será conseguir refuerzos que valgan la pena. Un “9” de área, principalmente, que juegue como debe, teniendo como norte el arco rival, para depositar la pelota en la red y no mandarla a las nubes. ¿Colombiano?. Se habló de alguno, en las últimas horas. Si no es de primer nivel, mejor que no. Los colombianos, dicho esto con todo respeto, aprendieron de los nuestros, desde aquel éxodo que hizo historia, cuando grandes figuras se fueron a la tierra cafetera. Después, evolucionaron con el tiempo. Pero, ¿quiénes vinieron para acá?. Mejor olvidarlo, pero no repetir la historia.


El 2015, con un campeonato largo todavía sin formato resuelto, puede ser de altísimo riesgo. ¡Atención a los promedios!, que no favorecen. Y junto a cierta prudencia, nunca desdeñable, ¡muchísima audacia!, para cambiar, antes que sea demasiado tarde.        

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