¡¡¡¡FELIZ NOCHEBUENA Y NAVIDAD!!!!
Tomamos de El Evangelio del Día,
un buen servicio que nos llega cotidianamente, para referirnos a la Nochebuena. Y
de esta manera, deseamos que esta noche, la de la llegada del Niño Jesús; y el
día de Navidad sean, para todos, motivo de alegría, de reencuentro y de paz. Porque
para eso, nos ha nacido el Salvador, en el humilde pesebre de Belén.
Natividad de Nuestro Señor
Jesucristo (misa de la noche).
EVANGELIO DEL DIA
¿ Señor, a quién iremos?. Tú tienes palabras de vida eterna. Jn 6, 68
Santo del día: San
Charbel Makhluf.
Evangelio según San
Lucas 2,1-14.
En aquella época apareció un
decreto del emperador Augusto, ordenando que se realizara un censo en todo el
mundo.
Este primer censo tuvo lugar
cuando Quirino gobernaba la
Siria.
Y cada uno iba a inscribirse a
su ciudad de origen. José, que pertenecía a la familia de David, salió de
Nazaret, ciudad de Galilea, y se dirigió a Belén de Judea, la ciudad de
David, para inscribirse con María, su esposa, que estaba embarazada.
Mientras se encontraban en
Belén, le llegó el tiempo de ser madre; y María dio a luz a su Hijo
primogénito, lo envolvió en pañales y lo acostó en un pesebre, porque no había
lugar para ellos en el albergue.
En esa región acampaban unos
pastores, que vigilaban por turno sus rebaños durante la noche.
De pronto, se les apareció el
Angel del Señor y la gloria del Señor los envolvió con su luz. Ellos sintieron
un gran temor, pero el Angel les dijo: "No teman, porque les traigo
una buena noticia, una gran alegría para todo el pueblo:
Hoy, en la ciudad de David,
les ha nacido un Salvador, que es el Mesías, el Señor.
Y esto les servirá de señal:
encontrarán a un niño recién nacido envuelto en pañales y acostado en un pesebre".
Y junto con el Angel, apareció
de pronto una multitud del ejército celestial, que alababa a Dios,
diciendo: "¡Gloria a Dios en las alturas, y en la tierra, paz a los
hombres amados por él!".
Extraído de la Biblia , Libro del Pueblo de
Dios.
SAN FRANCISCO ANTE EL PRIMER
PESEBRE DE NAVIDAD
Unos quince días antes de
Navidad, Francisco dijo: “Quiero evocar el recuerdo del Niño nacido en Belén y
de todas las penurias que tuvo que soportar desde su infancia. Lo quiero ver
con mis propios ojos, tal como era, acostado en un pesebre y durmiendo sobre
heno, entre el buey y la mula...”
Llegó el día de alegría...
Convocaron a los hermanos de varios conventos de los alrededores. Con ánimo
festivo la gente del país, hombres y mujeres, prepararon, cada cual según sus
posibilidades, antorchas y cirios para iluminar esta noche que vería levantarse
la Estrella
fulgurante que ilumina a todos los tiempos. En llegando, el santo vio que todo
estaba preparado y se llenó de alegría. Se había dispuesto un pesebre con heno;
había un buey y una mula. La simplicidad dominaba todo, la pobreza triunfaba en
el ambiente, toda una lección de humildad. Greccio se había convertido en un
nuevo Belén. La noche se hizo clara como el día y deliciosa tanto para los
animales como para los hombres. La gente acudía y se llenaba de gozo al ver
renovarse el misterio. Los bosques saltaban de gozo, las montañas enviaban el
eco. Los hermanos cantaban las alabanzas al Señor y toda la noche transcurría
en una gran alegría. El santo pasó la noche de pie ante el pesebre, sobrecogido
de compasión, transido de un gozo inefable. Al final, se celebró la misa con el
pesebre como altar y el sacerdote quedó embargado de una devoción jamás
experimentado antes.
Francisco se revistió de la
dalmática, ya que era diácono, y cantó el evangelio con voz sonora...Luego predicó
al pueblo y encontró palabras dulces como la miel para hablar del nacimiento
del pobre Rey y de la pequeña villa de Belén.
Comentarios
Publicar un comentario