¡FELIZ CUMPLEAÑOS, QUERIDA PARROQUIA SANTA TERESITA EL NIÑO JESÚS!

 

Frente del templo parroquia, en Villarino 460.
Fue bendecido en noviembre de 1957

Hay una fecha que está grabada, con el paso de los años, indeleblemente, en mi corazón: el 3 de abril de 1937, se creó la parroquia Santa Teresita del Niño Jesús.

Para su funcionamiento litúrgico, quedó enclavada, por entonces, en la bellísima capilla del Colegio La Inmaculada, al 300 de la calle Berutti.

Su primer párroco, por 22 años, fue el presbítero Juan Mesquida. Mucho más que recordado, por cierto.

Al día siguiente de aquel hecho, nació mi hermana mayor, a quien, ¡y no podía ser de otra manera (creo)!, le pusieron Teresita por su primer nombre, seguido de Angelina, que así se llamó “Panchita”, nuestra Mamá, a quien también llamaron Lucía, otro bellísimo nombre.

/////...../////

De aquellos momentos, por caso, puedo apuntar que un 15 de mayo, fiesta litúrgica de Santa Juana de Lestonnac, creo que en 1949 (pero puede haber sido el año anterior), las hermanas de la Compañía de Jesús, a quienes sólo veíamos detrás del ¿enrejado? desde el que seguían los oficios, por su condición de monjas de clausura, nos regalaron, a Rodolfo (que se fue al cielo hace unas pocas semanas) y a mí, hermosísimos “roquetes”, que ellas mismas habían confeccionado para nosotros. Nos lo hizo llegar, aquel día, la madre María del Carmen Mendoza, quien era la que tenía único contacto con los monaguillos de aquellos tiempos, a través del “¿torno?” que era la única vía de comunicación con la sacristía. Hermosísimo obsequio, para estrenarlo en la misa en honor de la patrona del colegio.

////…../////

No olvido los funerales, típicos de la época, con el altar tapado con cortinados negros; y el túmulo que dominaba la escena, de la ¿balustrada? hacia atrás, en los días de los aniversarios. De aquellas ceremonias, ¿serían concelebradas como anticipación a lo actual?, tengo presente haber sido (y también en los cultos más clásicos) el “turiferario”, revoleando ese elemento a riesgo de desparramar las brasas que encendían el incienso, de uso frecuente en esos funerales.

/////…../////

El padre Juan Mesquida, primer párroco, que
trabajó incansablemente por el nuevo templo


Recuerdo, y mucho, que el templo era elegido, al por mayor, para los casamientos de aquellos años, por la dominante imagen de la virgen, que lucía (¿luce?) en el altar.

En ese altar – y después y ahora en el de Villarino 460 – se ha visto y se ve, el hermosísimo sagrario que fue donación de Juan Casali y Pasqualina Carletti, algo que supe muchos años después, porque ellos habían sido los abuelos maternos de Mabel, mi eterno amor, a quien conocí en junio de 1963 y que por poco más de medio siglo fue mi queridísima esposa, Mamá de nuestros 5 adorables hijos.

/////…../////

Esto no es mío, pero lo encontré buscando otros datos. “Hace 75 años, en julio de 1937, se realizó en la primera bendición de automóviles, por iniciativa de la parroquia de Santa Teresita del Niño Jesús, la cual funcionaba en la capilla del Colegio La Inmaculada, en Berutti 351.

El acto comenzó a las 10, con una misa celebrada por el padre Juan Mesquida, implorando la protección de San Cristóbal -patrono de los automovilistas- para todos los conductores de la ciudad".

No sabía que San Cristóbal no tiene más el padrinazgo de los conductores, eso sí.   

/////…../////

Esto lo recordé, textual, a los 75 años de la parroquia, en “La Trastienda de Bahía” (2012). Por eso, podrá estar “repetida” alguna data.

“El 3 de abril de 1987 cumplió sus bodas de oro la parroquia Santa Teresita del Niño Jesús, aquella que tuvo su asiento inicial en la capilla del Colegio La Inmaculada, en Berutti al 300, y que se instaló –tras el denodado esfuerzo del entrañable padre Juan Mesquida y toda la feligresía- en 1956, bien es cierto que su bendición está registrada en noviembre de 1957.

La parroquia, ya por entonces desde mucho antes conducida por el padre Jorge (Koenig), celebró ese hecho singular, preparándose para la venida del Papa Juan Pablo II, con ejercicios espirituales llevados adelante los días 24, 25 y 26 de marzo, bajo el lema de ‘año de la Evangelización de mi vecino’.

La misa de las bodas de oro se ofició el 23 de abril, presidida por monseñor Mayer.

Hubo tardes de espiritualidad; semana de plegarias por las instituciones de la parroquia; rezo del Santo Rosario en los hogares; y confección de prendas de vestir para carenciados, por Cáritas.

También hubo concursos de catecismo; y de manchas; semblanza de Santa Teresita; competencias deportivas y paseos.

El programa incluyó reuniones quincenales para hombres; encuentro mensual para matrimonios; cursillos bíblicos; boletín mensual; termas de actualidad; y una reseña histórica de la parroquia.

El ‘esparcimiento’ contempló un almuerzo de las bodas de oro (el 3 de mayo); almuerzos en encuentros mensuales de recreación; encuentros corales; conciertos musicales; clases de repostería; y juegos de salón y competencias.

Algo así, podría decirse, en muchos aspectos, como volver a aquellos recordados años ’40 y ’50, del siglo que se fue.

Pasó otro cuarto de siglo, desde aquel 1987. Y la vieja parroquia en la que crecimos en la fe y en cuyas filas militamos, bien o no tanto, llega a los 75 años de vida.

Seguramente, a través de todo este 2012, la comunidad, imbuida de aquel mismo espíritu que la animó en toda su historia, ahora de la mano del padre Roberto (Buckle), revivirá ese sentimiento que la hizo imborrable para todos. Allí estaremos, porque desde más de siete décadas atrás ha sido y es nuestra parroquia”.

/////…../////


Un recuerdo, muy familiar, me retrotrae al 1 de octubre de 1956. Un día antes, el 30 de septiembre, domingo luminoso, se fue al cielo el “nono” José (Serralunga), dejando un vacío imposible de cubrir, aunque pasaran los años.

El velatorio, como se usaba por entonces, fue en la casa de las tías, en Terrada 74, donde confluyeron familias enteras de la feligresía de la parroquia, en la que Chela y Nelly, dos de mis tías, fueron catequistas en los tiempos de mi niñez.

Eran, en eso, compañeras de Agnes Lazzarini, de quien recibí las enseñanzas del catecismo de las 90 preguntas y respuestas que era la base de la preparación para la primera común, que tomé el 8 de diciembre del ’48. ¡Cómo no recordar a Agnes!.

Cuando nos tocó despedir al “nono”, aquel primer día de octubre, llovía torrencialmente al ingresar al templo todavía en el final de su construcción. Siempre asocié aquel momento con la “lluvia de rosas” que Santa Teresita había prometido. Será por eso, quizás, que el instante quedó tan grabado en mi corazón.

/////…../////

Bendición de la piedra basal del templo

No lo fue menos la bendición de la piedra basal del nuevo templo, el de los desvelos del padre Mesquida.

En la borrosa foto de aquel entonces, alcancé a verme. Tiempo después de aquel suceso, ingresé al consejo de los jóvenes de la Acción Católica, que me llevó por varios años a recorrer la inmensidad de las parroquias de la arquidiócesis, como delegado para los aspirantes de la ACA, hasta que dejé ese lugar en 1962.

/////…../////

Hay infinidad de hechos para recordar, aunque muy desordenados en su cronología, por los años que pasaron y por la memoria que, de a poco, se va borrando.

En 1966 bautizamos a Eduardo, el primero de “los 5”, que Mabel trajo a este mundo.

En el 2002, ocurrió lo mismo con Renata, ya por entonces a través de Roberto como párroco.

El 18 de abril de 1960, se casó Teresita, con Armando (Prenna). Esa misma noche, fue el casamiento de Graciela Vila. Las dos familias, de las más numerosas de la parroquia, compartieron la responsabilidad de preparar,  con los adornos florales, el templo que ya era el de calle Villarino.

/////…../////

Ocurrió en los años ’50 que pudimos participar de la misión que predicaron los padres Jorge Gottau (después obispo) y Antonio Eibel. No sé si está bien decirlo, pero creo que fue una de las manifestaciones de fe más notables de toda la historia parroquial. Cada jornada principiaba casi al amanecer y concluía muy entrada la noche. ¡Maravilloso!, porque el mensaje de Cristo conmovió a propios y extraños.

/////…../////

El 4 de mayo de 1959, día del cumpleaños de Roberto, mi hermano mayor, concurrimos a misa, por la fecha y por su casamiento que estaba programado, con antelación, para el día 7, en la parroquia del Inmaculado Corazón de María, creo que por el domicilio de Betty, la novia.

Cuando esperábamos, ocurrió la repentina descompensación del padre Mesquida, que terminaba de confesarme. Fue su último acto, porque Dios quiso, en pocas horas, tenerlo en el cielo, después de tantos desvelos para levantar el templo de la calle Villarino. Quedó, eso sí, para siempre en mi memoria y en nuestros corazones.

/////…../////

Roberto Buckle y Jorge Wagner (obispo auxiliar)

El padre Eugenio Bossetti primero y los padres Jorge Koenig (por muchísimos años); Roberto Buckle (quien asistió a Mabel cuando poco después Dios la llamó); Jorge Wagner (ahora obispo auxiliar) y al presente Fabio Oller, lo sucedieron en la parroquia. Hubo un momento, eso sí, en que junto al padre Mesquida estuvieron dos “teniente curas”, José María Sarrionandía y Augusto Fernández Arlt y entremezclado entre ellos, el padre Isidoro Broilio (con su clásico ¡pibín!). También pasó por la parroquia el padre Leonardo Baltabur. Actualmente, es vicario Mariano Fritz. Da gusto ver dos curas jóvenes prodigándose en la atención de la parroquia.

Presbítero Fabio Oller, administrador apostólico

Mariano Fritz, vicario parroquial
/////…../////

Se me presenta, y esto ha sucedido en otras evocaciones, el recuerdo de ‘los Ave María’ que cantaba Elbita Albertini de Yañez en los casamientos. Es una de las parroquianas de las viejas épocas de Santa Teresita, que embelleció las bodas con su voz angelical.

/////…../////

La parroquia, con sus jóvenes de Acción Católica, tuvo su famosísimo equipo de fútbol, en el que descollaban Roberto (“Rulo”) Yañez y Néstor Barcelona. Un “4” casi picapiedras, fue mi hermano Roberto. Eran clásicos, con grescas incluidas, los partidos frente al equipo de la parroquia de Pompeya.

/////…../////

Como órgano de difusión de la Cruzada Eucarística, que formé con la anuencia del padre Mesquida, escribí la hojita de esa asociación parroquial. La imprimían mis tías, en hectógrafo, una pasta –en caja de dulces– que duplicaba los originales escritos en tinta china.

/////…../////

Mi papá, Ernesto, fue lector y ministro de la Eucaristía, casi hasta sus 98 años. De los tiempos viejos, ¡cómo no recordar a don Victorio Lamponi!, el “conductor”, desde su lugar en los bancos que siempre ocupó, por muchísimos años, de la primera misa de los domingos y días “de guardar”. Y de esa época, a Calvetti, Ratti, Borettini (el hacedor de la parroquia de Luján) y tantísimos otros, que dieron lo suyo desde los tiempos del padre Mesquida. Ah, y no me olvido María Trucco. Y la señora de Torquatti, que nos acompañaba en algunas idas a ceremonias de la Iglesia Catedral.

/////…..////

He intentado repasar vivencias que están en mis recuerdos. Habría muchísimas más, para volcar, desordenadamente como lo he hecho hoy, 3 de abril, Sábado Santo, al cumplirse 84 años de la creación de la vieja y querida parroquia Santa Teresita del Niño Jesús. Mi anticipada disculpa por los involuntarios olvidos y los errores de transcripción que se hayan deslizado. 

¡¡¡ FELICES PASCUAS...!!!

Luis María Serralunga

Procesión con la imagen patronal de la parroquia


Comentarios

Entradas populares de este blog

MONSEÑOR JORGE IGNACIO GARCIA CUERVA, NUEVO ARZOBISPO DE BUENOS AIRES

FUNCIONARIAS DEL MINISTERIO DE MUJERES VISITARON DISTRITOS DE LA SEXTA SECCIÓN

LA COMUNIDAD ECLESIAL PORTEÑA, EN ORACIÓN POR SU NUEVO PASTOR