UN HOMENAJE, QUE ESTÁ BIEN HACERLO; Y LA OTRA MITAD DE LA VERDAD (O LA MENTIRA) QUE SE OCULTA
Bahía
Blanca, 29 de junio (Télam).- Agrupaciones de Derechos Humanos realizarán
mañana un acto al cumplirse 36 años del aniversario del asesinato y secuestro
de los trabajadores gráficos Enrique Heinrich y Miguel Angel Loyola, durante la
última dictadura militar.
El
acto organizado por la
Comisión de Apoyo a los Juicios por Crímenes de Lesa
Humanidad, entre otros, comenzará a partir de las 10.30 en la plazoleta Ciriaca
Palau de Laspiur ubicada en el barrio Millamapu.
Según
se indicó "las actividades comenzarán a partir de una caravana de autos a
las 9.45 desde la sede del diario La Nueva
Provincia ubicada en Rodríguez 55".
Heinrich
y Loyola eran obreros gráficos del diario bahiense y dirigentes del Sindicato
de Artes Gráficas de Bahía Blanca.
Heinrich
era maquinista en la rotativa y secretario general del sindicato mientras que
Loyola trabajó como esterotipista y tesorero del sindicato.
La
primera tarea juntos fue a fines de 1971 cuando, como delegados del taller,
reafiliaron a varios compañeros expulsados cinco años antes.
Los
dos trabajadores fueron secuestrados al atardecer del 30 de junio de 1976 y sus
cuerpos maniatados, con signos de torturas y numerosos disparos, aparecieron el
4 de julio de ese año en la Cueva
de los Leones, sobre la ruta nacional 33 y a 17 kilómetros de Bahía
Blanca.
Los
crímenes de los dos trabajadores gráficos forman parte de la causa 04/07 que
investiga los crímenes cometidos en jurisdicción de la Armada Argentina
durante la dictadura militar.
Nota
del editor
Está
bien el homenaje a víctimas del que se conoce como terrorismo de Estado, o algo
parecido, que distinguió a la época de la dictadura, entre los años ´76 y ´83.
Es
que bajo ningún punta de vista, ni en un extremo ni el otro, se justifican las
muertes por asesinato, cualesquiera sean las épocas en que ocurran, incluyendo
la actual, en plena democracia consolidada, cuando manos por lo general de
quienes terminan siendo impunes, matan a mansalva en cualquier sitio y momento.
No
es por eso sino importante que se recuerden hechos aberrantes. Hasta ahí, una
parte la historia.
Cuando
los asesinatos que ahora se evocan ocurrieron, estábamos en Trelew, hacia donde
debimos emigrar como consecuencia de una serie de atentados a la libertad de
trabajo que sufrimos desde l973 a 1975.
Una
decisión desafortunada, hizo que asumiéramos la responsabilidad (y
consecuencias) de un manejar, comprándolo, un ya casi obsoleto taller gráfico
ubicado en la calle Blandengues 455 de esta ciudad. Ocurrió el 1 de marzo de
1974, por una sencilla razón que lo explica todo: allí se imprimían los periódicos
“Villarino”, de Médanos: “Tornquist”, de Tornquist; “La Semana ”, de Saavedra; y “La Noticia , de Punta Alta,
que respondían a nuestra función de editores.
No
nos fue bien, por la época; por la presión ejercida (con el aval del Ministerio
de Trabajo) sancionándonos con multas sólo por dar trabajo y “bancarlo” con
ingresos no genuinos de ese mismo taller, sino de nuestras producciones periodísticas,
incluyendo las de radio; y haciéndonos imposible la vida, en buen romance,
porque así eran las cosas por esos tiempos.
Debimos
cerrar el taller en julio de 1975, y ¡oh casualidad!, aparecieron compradores
(que nunca pagaron) asociados al poder de turno.
Cuando
la cosa “cambió”, nadie nos devolvió absolutamente nada de lo que habíamos
perdido, incluyendo la necesidad de irnos, por primera vez, fuera del lugar en
el que nacimos y habíamos vivido por 35 años hasta ese momento.
¿Por
qué esta mención?, se dirá.
Simplemente
porque, en esta ciudad de la hipocresía más manifiesta, no sólo fue posible el
brutal asesinato de dos obreros, hecho de por si condenable, sino que por
supuesto nadie, absolutamente nadie, reivindicó los derechos que asistían a
otros, nosotros incluidos, ¡si!.
Comentarios
Publicar un comentario